Bienvenid@s a la Web NO OFICIAL de ALLO
Bienvenid@s a la Web NO OFICIAL de ALLO

¡HOLA!  ¿HAY ALGUIEN AHÍ?

 

 

El día 14 de diciembre de 1988 hubo una huelga general en España de gran impacto siendo presidente del Gobierno Felipe González. A las 6 de la mañana, en el programa de radio “Hoy por hoy”, dirigido y presentado por Iñaki Gabilondo, éste se dirigía a los oyentes en estos términos: “¡Hola! ¿Hay alguien ahí?” Eso mismo quiero decir a la gente de nuestro pueblo y de otros que nos han seguido y leído durante varios años. ¡Hola!

¿Hay alguien ahí? Esperamos encontrarnos con mucha gente que, por experiencia personal, sé que tiene muchas ganas de volver a vernos y leernos a través de la página web. Lo que vais a poder leer en este escrito no es cosecha de mis recuerdos sino de otra persona que ya no se encuentra entre nosotros y que llegó a mis manos por puro azar.

El verano pasado, por razones de vecindad, tuve una conversación con D. Rogelio Nalda Íñigo, nacido en Allo y con vivienda familiar en la Plaza de El Raso y médico durante muchos años en el pueblo de Artajona. Como buen amante de su pueblo natal y añorando sus años de infancia y juventud vividos en Allo, me habló de que conocía nuestra página web, y que algunas cosas había leído en ella con mucho agrado, volviendo así a revivir los recuerdos de las primeras etapas de su vida. Habla que te habla, apareció el motivo por el que hoy estamos de nuevo con vosotros. Me contó que hacía varios años que un señor de Allo, vecino de Pamplona, le había hecho llegar unos cuantos folios escritos con máquina de escribir, de las de siempre, donde recogía con todo tipo de detalle términos municipales, personajes, costumbres, modos de vida etc. En resumen vivencias que él tuvo durante su infancia y juventud en Allo.

D. Rogelio venía acompañado por su hija Begoña y sin más dilación acordamos que ella me haría llegar (cosas de las nuevas tecnologías) ese documento para que valorara la viabilidad de poder añadirlo a nuestra página web. Así lo hice y, pasados unos días, me invadió la duda ética y legal de si el escrito en cuestión se podría hacer público o no. Para ello tendría que consultar con algún hijo o familiar directo que me pudiera dar su consentimiento. Contacto va, contacto viene, conseguí hablar con un sobrino suyo que vive en Valladolid, abogado de profesión, que se puso en contacto con el hijo del “escritor”, el cual me autorizaba gustosamente a que el relato viese la luz a través de nuestra página.

Creo que ya ha llegado el momento de desvelar la identidad del autor del escrito: D. Juan Alonso Roncal y el sobrino al que antes aludía es José Luis Fernández de Lamadrid Alonso.

Y muchos os preguntaréis ¿quién es ese señor? Juan Alonso Roncal fue un señor nacido en Allo que después de pasar su infancia y juventud en el pueblo tuvo que marchar a Pamplona por razones laborales como otros muchos  lo hicieron en la década de 1.960-70, cuando vivir del campo era muy complicado a la vez que las ciudades se iban industrializando.

Fueron varios hermanos los que vivieron en diferentes lugares de España. Sus padres se llamaban Jesús Alonso y Celestina Roncal y tuvieron seis hijos; dos varones y cuatro mujeres. Si mis fuentes informativas no me fallan, fueron de  mayor a menor edad: María, Primitiva, Juan, Pilar, Obdulia y Jesús. Como decía antes, las circunstancias de la vida hicieron que cada uno tomara unos derroteros distintos; Pilar vivió en Valladolid, madre del anteriormente citado José Luis Fdez de Lamadrid, que pasaba muchos veranos y Navidades con sus padres en Allo; Juan que según me dicen fue a vivir a Pamplona, Obdulia que pasó toda su vida en Allo, estaba casada con Jesús Hermoso de Mendoza (tenía un taller de bicicletas); Primitiva, soltera, que pasó prácticamente toda su vida en Allo: María, más conocida como Marichu, que vivió en Valencia y se dedicaba al mundo de la moda y el menor, Jesús, también vivió en Valencia y trabajó en el sector de la banca. Era Jesús, un apasionado cepero (parador de cepos) sobre todo a las malvices. Hasta no hace muchos años pasaba una temporada en otoño en Allo aprovechando la época de pasa de estas aves para disfrutar poniendo cepos de forma furtiva. Habría que preguntarle si el disfrute era consecuencia de la caza de las malvices o del furtivismo. Probablemente sería de las dos cosas a la vez.

El escrito sobre Allo aparecerá en la web en dos formatos distintos, uno el original tal cual lo recibí de D. Rogelio a través de su hija Begoña y otro ligeramente modificado en la forma, no en el fondo, para hacer más fácil su lectura. He tratado en todo momento de respetar la esencia del relato por una razón obvia, los recuerdos son de Juan Alonso, no son míos.

Al preparar este trabajo he podido darme cuenta de la gran diferencia en la forma de vida que existe entre dos generaciones seguidas. Por las reseñas que hace Juan Alonso, deduzco que sería más o menos de la edad de mi padre, nacido a finales de la década de 1.910-20. Vivieron la guerra y lo que fue peor, la postguerra; penurias, hambres, odios, miedos, clasismo social, brechas sociales agudísimas etc. Me llama la atención cómo ese clasismo social se percibe en el escrito en el uso de el “Don” cuando se refiere a las personas del pueblo que tenían algunas propiedades y el “Don” desaparece cuando la persona referida pertenece a la clase social más baja (los peones). Ya de mayores se subieron al tren del desarrollo económico, de la industrialización, de la mecanización agrícola y del naciente estado del bienestar.

Curiosamente algunos recuerdos suyos se mezclan con los que yo he reflejado en otros escritos, sobre todo en los que hablo de “Los trabajos y los días: faenas agrícolas”, en el apartado de ”Así nos divertíamos” y en “Bares que lugares”. Otros muchos los he oído contar a mi padre; esos que hacen mención a las orquestas y artistas de varietés que llegaban al pueblo así como a los quintetos y bandas de música cuyos componentes eran del pueblo. Cierto es que estos recuerdos me han trasladado a mi infancia y a mi ámbito familiar donde escuchábamos estas historias.

De la estructura del relato poco he cambiado, repito, para modificar lo menos posible el original. Por ello nos podemos encontrar según vamos leyendo ciertos vaivenes temporales en determinadas fechas, pero los recuerdos son así; acuden a nuestra mente sin orden, ni en el tiempo ni en el espacio, y, como si nos faltara el tiempo los evocamos sin detenernos a ordenarlos.

Espero que las personas de Allo que nos lean disfruten de estas cosicas de nuestro querido pueblo y, si algún joven se incorpora como nuevo lector y estos recuerdos le llegan muy remotos, que pregunte a sus padres o mejor a sus abuelos por ellos, seguro que serán ampliados y enriquecidos.

Como hace mucho tiempo que no aparecen cosas nuevas en  nuestra web y muchos seguidores estarán desconectados, sugiero que los primeros fieles que se encuentren con esta nueva entrega, lo hagan saber a sus más allegados a través de la red social más usada hoy en día, Whatsapp, y como se dice ahora que se haga viral.

Aprovecho este momento y esta ventana para animar a cualquier persona de Allo o que viva allí a que, si tiene cosas que contar, se anime a hacerlo a través de nuestra página que está abierta a todo aquel que sienta esta necesidad.

Gracias y hasta pronto

 

 

Lorenzo Gambra

Diciembre 2021

 

 

AÑO 1993

 

 

CASOS Y COSAS DE ALLO

Escrito por

JUAN ALONSO RONCAL en 1993 (y levemente modificado por Lorenzo Gambra Zubiria)

 

 

La villa de Allo se encuentra rodeada de viñedos, esparragueras, olivares, cerezos y almendros; adornada además por una majestuosa iglesia que se levanta como una estrella en la parte norte del pueblo, a muy poca distancia de la Basílica del Santo Cristo de las Aguas.

El pueblo está enclavado en la llanura sur de Montejurra  al abrigo del mismo. Pertenece a la zona de Tierra  Estella a la vez que limita por el sur con la zona de la Ribera. Sus límites geográficos son: al norte limita con Dicastillo, al sur con Lerín, al este con Baigorri y al oeste con Sesma. La distancia que le separa de los pueblos más próximos es; 13 km de Estella, 10 de Lerín, 10 de Sesma, 8 de Arróniz y 3 de Dicastillo. La distancia entre Allo y Pamplona, la capital, es de 58 km. Asimismo está muy bien comunicada con servicios diarios de autobuses a Pamplona, Zaragoza, Logroño, San Sebastián, Calahorra, Tudela, Lodosa, Azagra, Miravete y Baigorri.

En la actualidad, según consta en el padrón municipal, hay censados 1.300 habitantes.

En 1964, según fuente catastral, el campo de Allo tenía una extensión de 39.353 robadas repartidas aproximadamente en diferentes cultivos  de la siguiente forma: olivar  1.484 robadas; regadío en elevación de aguas 102 robadas, tierra de labor (cereales) 21.961 robadas, viñedo 7.629, esparragueras 5.827, pastos 1.200 y 1.000 de forestales.

La producción en el año 1.964 fue la siguiente: 250 vagones de trigo, 29 de cebada y 6 de avena. Tres millones de litros de vino, 103.000 kg. de aceite, 50.000 kg. de cerezas y 10.000 de almendras.

En el monte Ezquível hay 5.000 robadas de tierras comunales  cultivables. Esta zona es propiedad municipal.  Con el objeto de que todo el pueblo se beneficiase  de este campo, se repartía en lotes de 8 robadas, dividido cada lote en dos parcelas de 4 robadas cada una. Por ser tierra de diferente calidad,  a cada vecino le correspondía una parcela de las llamadas  “buenas” y otras de las llamadas “malas”. En la década de 1.929 a 1.939 cada vecino tenía cinco robadas y media repartidas entre las zonas comunales de Zarapaiza, Río Mayor y el Monte. Posteriormente las de Zarapaiza y Río Mayor desaparecieron.

En el año 1.930, el Ayuntamiento daba  a los mayores de 65 años y de pocos recursos, dos lotes de parcelas, y, de éstas, vivíamos muchos vecinos ayudados por algunos jornales y fincas propias.

La mayor parte del terreno del Monte son barrancos con tierras muy buenas. Hay una zona llamada Los Llanos, de tierras superiores cuyas parcelas las sembraban todos los años con la labor que hacía una sola caballería, que en la mayoría de los casos, podía poco y, para más mérito, con un arado de los de viña, quedando el rastrojo después de la arada como si nadie hubiera pasado por allí. En otras ocasiones todavía se hacía peor labor; quemando el rastrojo y dejando la tierra escaldada para luego solo producir ballueca, rosillas y tenedores.

El método de siembra era muy especial. Se hacía a matarrón, para lo cual se necesitaba ser muy ágil. Era un trabajo muy penoso. Había otra forma de siembra más penosa que la anterior; la siembra a pocicos. Consistía en hacer unos pocicos pequeños con una azadilla que te dejaba el cuerpo deslomado y con un fuerte dolor de riñones que te duraba todo el día. Volviendo a la técnica del matarrón que era la más usada, consistía ésta en  mezclar en un capacho cinco pozales de trigo con abono    (fosfato, el único existente). De la mezcla resultante, se llenaba un recipiente que solía ser una lata de atún vacía (comprada por dos reales a la Cesárea), se le ponía una asa de alambre y se llevaba en la mano izquierda, ya que la derecha se utilizaba para colocar los matarrones que se cogían de la lata, en cantidad suficiente para unos ocho o diez matarrones y en cada uno de ellos, seis u ocho granos de trigo mezclados con el abono. Se disponía así con la intencionalidad de poder entrar a edrar entre renque y renque allá por el mes de marzo. Con la edra se eliminaban las malas hierbas. Léanse cizaña, ballueca, tenedores y rosillas. Para esta modalidad de siembra las semillas más usadas eran: cebada de seis carreras, avena roja y los trigos catalán y pelado de Eslava.

El Monte Ezquível, de unas cinco mil robadas de extensión y de muy buena calidad, hace 80 años estaba lieco. Solo tenían los más pudientes rebaños de ovejas. Era el terreno más alejado del pueblo. Lindaba, en Cabizgordo con la muga “La escalera de Lerín” en la Peña. Las distintas zonas del Monte eran conocidas por los labradores por los nombres de los barrancos, hoyas, llanos, corrales y aljibes. El primer camino que cruza el Monte por la parte sur va desde el Puente de Doña Toda en la carretera de Lerín y sin dejar la muga pasa por la Calera. Dejando la Sima a la izquierda llega a la Peña, hasta la Escalera de Allo,  muy cerca del alto llamado “El Cogote del Fraile”.

Desde la Peña y de cara a Allo están las barrancas; al sur, la Valquemada con una estupenda cabaña construida por D. Juan Arana. A continuación las Hoyas de La Teja y la del Horno, el Yeso Hueco de la Barranca, llamado así porque tiene una cabaña construida en una cantera de yeso. En esta barranca existe un manantial muy productivo. Otras partes del Monte se conocían por los nombres de: La Salera, Los Jaliscos, La Escalera, La Hoya Prieta, El Corral Nuevo con un aljibe de agua muy buena; El Corral de las Vacas, donde encerraban vacas bravas, La Hoya de Garnica, El Barranco del Agua, El Berruezo, La Barranca de Hualde, La Hoya del Moro, El Barranco de Canuto, La Higuera, El Corral de D. Raimundo Chocarro, El Corral Blanco, El Alto de la Cruz y el Corral de D. Manuel Portillo. Otra parte del Monte eran los terrenos llanos donde se encontraban: Los Tres Corrales para ganado lanar, propiedad uno, de D. Sabino Aramendía, otro de D. Canuto Echeverría y el tercero de D. Ángel Jiménez. A unos 200 metros de éstos se encuentra la Balsa Vieja y el aljibe  grande del Monte. A unos 400 metros de éste se encuentra el segundo corral nuevo propiedad del Ayuntamiento.

Para ir al Monte hay dos caminos principales. Desde el pueblo a Los Tres Corrales va directo el camino de la Repalba y para ir a la parte norte se utiliza el camino del Pozarrón que, pasando por La Churta, se llega al Corral Blanco subiendo el Puerto. En el Monte existían varios  caminos ciertamente amplios para que pudiesen transitar los tractores.

Ahora paso a describir groso modo las fincas particulares donde se cultivan viñedos, olivares, frutales, esparragueras y cereales. Todos estos terrenos de propiedad privada están repartidos en cuatro corralizas: La Churta, Valdiénigo, El Plano y la Dehesa. El terreno está muy repartido en propiedades particulares, de modo que casi todos los vecinos tienen fincas en propiedad. Muchos de ellos entre 50 y 200 robadas. Existen cinco o seis haciendas que tienen de 400 a 600 robadas con la excepción de la viuda de D. José Pérez de Ciriza cuya hacienda es netamente superior en cantidad de robadas.

DESCRIPCIÓN DE LAS CORRALIZAS: La de La Churta lindando al norte con Dicastillo y al oeste con Sesma. Al este, con el comienzo del barranco , el chalet de D. José Portillo y regadíos, fuente de Doña María, fuente del Prado Chica; casa y granja de D. Gerardo Villar, campo de fútbol, chalet de D. Juan Cruz Montoya, casa de D. Jesús López; casa y huertas del Prado Chica, el Medianero, el cementerio, el Nocedillo, regadíos del Lavadero, el Aguazal, Aitárbela, granja de D. Tomás Arrarás; almacén y regadíos de D. José Ciordia, regadío de D. Ángel Rebolé; caseta y regadío de D. Eulalio Larraona, alcantarilla de Aitárbela; Partelacruz, el Nocedillo con regadíos y fuente de agua potable; regadío de D. Jesús Hermoso de Mendoza, La Untanilla, Malpaso, Zarapaiza, la Nevera llamada así por ser un alto con un pozo que hacía de cámara donde se recogía la nieve para conservarla durante todo el año.

La balsa de la Repalba es propiedad del Ayuntamiento y cuida de ella. Los vecinos cogían agua para guisar las legumbres. Existían unos señores que la acarreaban hasta el pueblo y  la vendían a real el cántaro. Para algunos vecinos les resultaba cara y para ahorrarse el gasto, hacían ellos mismos el viaje con una caballería y un serón con dos cántaros y así, se ahorraban dos reales. Esto contando con que la caballería no se les cayera por el camino y se rompieran los cántaros. A corta distancia de la balsa existe un corral para guardar el ganado lanar propiedad de D. Manuel del Portillo. También pertenecen a esta corraliza Romaretas, Vigoliz, la Bailengua con un manantial  de agua muy buena que nace en el encañado de la finca de D. Jesús Fortún. Algo más arriba del camino del Monte parte el camino de la Bailengua , de la abejera de Soria y de Despeñaperrros. De éste se pasa al aljibe de Romaretas cuya agua era de buena calidad, aunque algunas veces se encontró algún perro ahogado. Continuando el camino del Monte, a la parte derecha se encuentra la ermita de San Cristóbal y a la izquierda la abejera de D. Cirilo Íñigo. Podemos ver también un terreno de almendros, la acequia y la alcantarilla de Río Mayor. Yo conocí en vez de la alcantarilla un puente árabe. La acequia entra en terreno de Allo por la muga de Dicastillo en un llano llamado “La Mata de Montero” en cuyo paraje los señores de Montero tenían un corral para ovejas y un aljibe. Esta acequia de Río Mayor nace en el término de Olejua para terminar en el Pontarrón después de cruzar varios kms por el término de Allo. En la otra orilla del río está el Alto del Rey donde existe un pozo para recogida de aguas de lluvia. Esta agua es considerada como la mejor del campo.

En la Churta el corral de ¿jolins?, la abejera de Doña Ursina Sanz; alcantarillas de la regadera, abejera de D. Manuel Seguín, corral de D. Tomás Arrarás, aljibe de D. Pedro P. de Ciriza; corral de D. Severiano Lucea, alcantarilla y término de la Hoya de la Casa, camino de los Carboneros, llamado así porque hace 100 años era utilizado por éstos para transportar el carbón con caballerías desde Ancín a Lerín, Carcar y Andosilla. En este camino y en la parte alta del portillo está la abejera de Montón. Según cuentan los más ancianos del pueblo, este señor les vendía a los carboneros comestibles y bebidas. En la parte alta se encuentra la poza de D. Ángel, abejera de la Agapita, el corral de D. Juan Arana, el corral de D. Vidal Lacarra, el de D. Ignacio Aramendía, corral de la Caseta propiedad de D. Juan Arellano; el Puerto y los Caracierzos de la Churta.

CORRALIZA DE VALDIÉNIGO: Del camino de la Repalba al camino de Lerín, se encuentra la Somada con un hermoso silo para guardar los cereales; Peñazos con un corral de D. José P. de Ciriza, Romaretas con la cabaña de los hermanos Arellano. De éste parten dos caminos: uno el del Monte, el de Nicosiaín, que va por la falda del alto y termina en el prado de Río Mayor. El otro conduce hasta la Valdellorin dejando a su derecha el Alto del Olivo. En el centro está Valdiénigo con un corral propiedad de D. Dámaso Hermoso. En las proximidades de este corral, en la acequia de Río Mayor, nace un manantial de agua bastante buena para el consumo. También está Salobrazo, Alto de Nicosiain, el corral y aljibe. Debajo está el prado de Río Mayor con puente en la carretera de Lerín. Anteriormente en este lugar había siete alcantarillas muy artísticas que fueron arrolladas por una riada que se las llevó. Nos encontramos también el corral de D. José P. de Ciriza; corral y aljibe de D. Cruz Lacalle, corral de D. Raimundo Chocarro, Loma de las Cañas; cabaña artística de los Sres. de Zala, corral de D. Pedro P. de Ciriza, cuesta del Escopal. Hay un buen manantial de agua en la finca de D. Severiano Lucea; corral con plaza y aljibe de D. Saturnino Ulíbarri. En la Valdellorin, el corral de D. Manuel Echeverría, la cuesta de La Gaza, puente y cascajeras de Doña Toda y la muga de Lerín.

CORRALIZA DEL PLANO: Desde la carretera de Lerín al Plano nos encontramos: La Guindalera, Tirabolos, era y caseta de D. Santiago Ochoa, Majada, acequia del Pradillo con regadíos; alameda de los Guardas, camino de Cerverales, La Somada, senda San Sebastián y término del mismo. La ermita de este santo estaba en el alto. Continuamos con los términos  de Caracol, Peñazos, Prado de Cerverales con su correspondiente término de Cagalasbragas; bebederos para las caballerías en el Pradillo, cuesta de San Pedro y su ermita. Un corral de ovejas a cada lado del camino; uno de D. Ángel Aramendía y el otro de D. Saturnino Ulíbarri, abejera de D. Jesús Jiménez. Desde el alto de San Pedro parten dos caminos; el de la Majadilla  y el del Pozo Grande,  Ocarin y el  Sapo. Del de la Majadilla parte el camino de la Tejería, la Calcina, Ocarin, Pito de Ocarin culminado por la caseta y las fincas de D. Jesús Fortún. También el corral de D. Nicolás Lizasoain, corral de D. Santiago Esparza, corral de D. Severiano Lucea; los Torcos de Ocarin, corral de D. Donato Macua; caseta y finca de D. Francisco Pérez de Obanos; las Majadillas, corral y finca de D. Francisco Arrarás, corral y finca de D. Canuto Echeverría, abejera de D. Teófilo Espinal. Hay varios caminos que entran a distintos sitios del Plano: el de la Tejería, la cuesta de Severaz, Barranco de Soria, camino de los almendros de D. Vidal Lacarra, Barranco de D. Donato Macua con un manantial de agua potable; Barranco del Babuto con manantial, El Risco, La Playa Chiquita; regadío y caseta de Soria, corral y finca de Doña Margarita Núñez; caseta y finca de los hermanos Garnica; fuente de Chavatas, casa y regadíos de los hermanos Arrarás, presa y canal del regadío de Lerín, alto del Pozo Grande, Peña de la Madama, La Vega, fincas de regadío de D. Joaquín Fernández de Arcaya, Caseta y regadío de D. León Garnica.

CORRALIZA DE LA DEHESA: Barranco y acequia de la Hoya, Camino Viejo, abejera de Doña Evarista Hermoso; El Catano, Somacinto, abejera de D. Ángel Jiménez; Chorota, la Cerrada del Pino, Villanave, El Montecillo, El Alto de la Lucía, carretera de la fábrica de Sarrió, la gasolinera; casa y finca de los Sres. de Bados, viñas de la Magdalena que producían más de mil kg de uva por robada; las escuelas, El Prado. Casa y huerta de Vidal Martínez, finca regadío de D. Pedro Pérez de Ciriza, el Cerro Cerrado de Severiano Lucea. Dicen que este olivar de Lucea tenía tantos olivos como días tiene el año. Casa e industria de construcción de Aedo, abejera de D. Felipe Gambra así como casa y finca del citado señor Gambra. Esta zona de Liboca, Chorota y Villanave tenía los mejores olivares del campo. Camino de Pamplona, la Piedrecha, la Piedra Culeca. Esta piedra es una losa de dos metros de altura colocada en vertical y apoyada en una pared, Allí, los chicos nos dábamos cabezazos contra ella porque los mayores nos decían que pegándole fuerte con la cabeza salían pollos (he aquí la relación entre piedra culeca y gallina clueca). Muy cerca, la Balsa, la Balsilla y la destilería en casa de Felipe Esparza. De estas dos balsas se aprovechaba el agua para guisar, lavar y para dar de beber a las caballerías. Las Canteras en el Alto de Santiago donde estaba enclavada la ermita del Santo y los depósitos de las aguas que dan servicio al pueblo. Barranco y terrenos de Leorza, caseta y regadío de Doña Jesusa Iñigo, Peña Quemada, abejera de D. Eliseo Arrieta, casa y finca de D. Ventura Arrieta; alto, finca, poza y granja de D. Pedro Íñigo Martín Antero; los Caminos, finca y era de Garchena, camino de las Planas, El Altillo, Tolas, Valdescuero, La Razuela, camino de Matamoros, las Cocheras; corral de la Villa, camino de la Aguasalada, el Barranco Salado en la muga de Dicastillo hasta el Pozo de Plaza. La abejera de D. Cuadrado Martínez, abejera de D. Miguel Alonso; el Chaparral, abejera de D. Emilio Salanueva, el Alto de los Alguaciles; abejera de D. Jesús Alonso Chocarro, paso de Santiago, paso del corral de la Villa. Por estos pasos se entraba a Miravete.

La cabrería y la vaquería se calculaba en más de 200 las cabras y unas 50 las vacas propiedad de los vecinos. Eran productoras de leche y pastaban tanto unas como otras por todo el campo en distintas corralizas cada día.

En el Pozo de la Plaza, debajo del Caserío de Baigorri se encuentra la muga de Dicastillo. Desde el Pozo de la Plaza hasta Palomarazos se encuentra la abejera y finca de D. Pedro Pérez de Ciriza y el Merendero de la Colmena, las Canteras, Vado de las Casas, caseta de D. Francisco Toboso; canales de Moreno, cascajera de Miravete, abejera de D. Fructuoso Aramendía, abejera de  D. Eusebio Íñigo, de D. Ignacio  Aramendía y  de D. Isidoro Irurzun. El Balcón de la Plana y junto a él la abejera de Doña María Rodríguez, el Molino de Arróniz con su presa y su canal de cemento de 1.000 metros de longitud llegando hasta la central eléctrica para producir energía para el pueblo, para la fábrica de harinas y para Arróniz. Corral y abejera de D. Aquilino Lacarra, casa y finca de D. Tomás Luzuriaga;  abejera y regadío de la Central, abejera y aljibe de D. Cirilo Íñigo; finca, abejera y aljibe de D. Sabas  Romero. Por el camino de Valdemuriel, casa y finca del Vergel, camino de la Plana, Valdescuero, abejera de Doña Benita Lucea, camino de la Untanilla, la Untanilla; abejera de D. Jesús Macua, abejera de D. Ignacio Montoya; la Pilaza, los Cigüeños, abejera de D. Emilio Montoya, Prado de Marinieves y manantiales, La Atalaya, las Planas, caseta de los Sres. Arana y Gambra; camino del Prado de Roma y prado del mismo nombre.

El monte se sembraba casi todo de rastrojo. Se realizaba con una caballería que podía poco y tenía que llevar el arado de viña con dos ruedicas  y la narria, y encima, dos robos de simiente y un saco de abono para el mes de abril. La mayor parte de los vecinos acudíamos a edrar matarrones, y en aquella fecha todos estábamos fuertes. Todos solíamos llevar para comer sota, caballo y rey, en resumen tocino, longaniza y huevos fritos; así que para la una del mediodía olía el Monte tan bien que parecía un hotel de cinco estrellas. Se hacía el fuego con ollagas.

Se segaba casi todo a mano, luego se ataban los fajos con un esparto y fazcalar y trillar ya era cosa más seria. En el año 1.930 por trillar se cobraba a 6 ptas. la carga que la componían 15 fajos.

En el mes de abril también se realizaba la escarda, que consistía en cortar los cardos y rosillas con una azadilla. A esta labor íbamos muchos chicos de 10 o 12 años en cuadrillas de 7 o 9 para un mismo patrón. Nos pagaban de jornal dos ptas. diarias. La misma cuadrilla en el mes de junio íbamos a desnietar las viñas.

En 1.919 llegó una segadora agavilladora que era arrastrada por dos caballerías. Esta máquina segaba pero no ataba los fajos. La primera atadora la trajo D. Eduardo Lizasoain. Después trajo otra más moderna D. Isidoro Irurzun. La trilla se hacía casi toda en la era. Se enganchaban dos caballerías a una máquina con muchas cuchillas en unos ejes y una plataforma de madera para sentarse el conductor. También se hacía con un trillo con unos listones y unas sierras que era arrastrado por una caballería. Los conductores de estos artilugios solíamos ser los chicos, los agostericos, que nos daban de jornal diario sin costa ni seguros 2 ptas. Nos levantábamos a las 6 de la mañana para tender la parva. La jornada se alargaba hasta las diez de la noche, arreando a las caballerías para moler más. Llevábamos agua en un cántaro desde la fuente del pueblo hasta Garchena donde estaba la era. Por la tarde a pasar cajas con las cribas pajeras, trigueras y gervillo.

Los hombres por la mañana dormían a la sombra del carro, ya que se habían levantado a las tres de la madrugada para ir a acarrear la mies del campo a la era. Cada hora y media se les llamaba para tornar, que consistía en dar la vuelta a la mies para molerla más fácil. Una vez molida se alventaba con unos alvientos de madera hasta que se quedaba la parva limpia y amontonada. La merienda solía ser conejo con caracoles y de postre, para los hombres una pera y para los chicos dos ciruelas. Una vez merendado, hombres y chicos, el más viejo con un pozal se dedicaba a llenar los sacos del montón y los hombres a llenar las sábanas de paja para llevarlas y subirlas al pajar, que siempre solía estar en lo alto de la casa.

Por el año 1.920 traen al pueblo una máquina trilladora en sociedad compuesta, por D. Manuel Echeverría, D. Ramón  Sanz de Acedo, D. Miguel de Ulíbarri, D. Juan Arellano y D. Germán Valerio. La máquina fue puesta de forma fija para trillar y era alimentada con corriente eléctrica en las eras del Pozarrón de D. Miguel de Ulíbarri y D. Ramón Sanz de Acedo. Esta máquina, que fue un gran adelanto tecnológico, necesitaba diez hombres para su funcionamiento y cuatro galeras con cuatro mulas cada una, dos carreteros cada galera para acarrear la mies. Madrugando mucho y trasnochando más, hacían dos viajes al día desde el Monte y otro más desde un lugar más cercano. En total tres viajes diarios. Además había en la máquina dos carros con una caballería y un hombre en cada uno para llevar a las casas el grano y la paja. Esta trilladora  en diez horas trillaba 600 robos de trigo; de cebada y de avena, algunos  más. Por el año 1.940 se traen varias trilladoras movidas con gasolina.

La Caja Rural compra un buen tractor de gasolina de la marca ALLIS CHARHMES, que es utilizado por los socios para la labranza.

Entre 1.950 y 1.960 desaparecen las mulas, los burros, los caballos, las galeras, los carros, las atadoras y trilladoras; así como corrales, eras, cabañas, aljibes, pozas, viñas, olivares, las cuadrillas de podadores de olivos, las layas, las azadas y las hoces; arados de viña, sendas, mugas, caminos, cañadas, el herrero, el herrador, el guarnicionero, los guardas de campo, las conejeras del Raso y de Garchena, los patos del Obizcal, las tinajas de guardar el pan, las panaderías, la cría del cerdo para casa, las gallinicas, los pavos de la Eustaquia. En cambio, llegaron los grandes tractores, los grandes remolques y cosechadoras y toda la maquinaria innovadora para la agricultura.

En Allo, en aquella época existían cerca de 100 tractores, otros tantos motocultores, varias cosechadoras y gran cantidad de coches, camiones y motos. Antes se iba al campo en burro, el que tenía, y ahora con la mobilete a coger espárragos o con el coche o con la avioneta de D. Ramón Ciordia del Portillo.

La mayoría de los hombres trabajábamos en la agricultura y las mujeres ayudaban en las labores en las viñas y olivares. Una vez terminada la vendimia, se empezaba en el Monte la siembra a matarrón y cuando al atardecer llegábamos a casa, ya nos habíamos comido para merendar las bellotas y el poco pan que había quedado. Nos lanzamos a las viñas  de Romaretas a por el racimo. ¡Qué canina pasábamos! Al llegar al pueblo, todos a la Fuente hasta la hora de cenar, y, ¡qué rica nos sabía la berza con patata y huesos de cerdo! En alguna ocasión se escapaba algo de longaniza y/o morcilla.

El menú que se llevaba a la vendimia solía consistir en: para almorzar, sardinas ahujeta y para comer tocino magro con muchos pimientos y tomate y de postre uva royal o moscatel. Cuando el tajo estaba cerca del pueblo, nos traían la comida: alubias con tocino y berza.

La bodega cooperativa se construyó en el año 1.918 con todos los adelantos de aquellos tiempos. Los cubos eran casi todos de madera de roble colocados en posición vertical. Más tarde se construyeron de cemento. Algunos  tenían una capacidad de 52.000 litros. Era una de las mejores bodegas de toda Navarra. Se entregaba la uva por kg. En 1.947 la miden por grado alcohólico. Los años 1.987 y 88, no entró nada de uva en la bodega y la poca que se recoge, se entrega en Lerín. Volviendo a los principios, el acarreo se realizaba con galeras y carros o  bien con las caballerías y dos cestos (cuévanos).

La galera de D. Francisco Arrarás traía desde la Majadilla con cuatro mulas, 30 comportas, unos 3.000 kg. La galera de D. Francisco Abete las traía de Ocarin. Los carros traían menos cantidad.

Por la tarde, al anochecer se formaban grandes colas de galeras y carros para hacer la descarga del último viaje del día. Recuerdo cómo estas colas llegaban hasta El Raso a pesar de que había cuatro básculas y otros tantos pesadores que señalaban en un ticket los kg de cada pesada. Los pesadores eran normalmente Leoncio Garayoa, Andrés Platero, Miguel Alonso y Juan Alonso. Hubo un año que se recogieron en la Cooperativa 8 millones de kg de uva.

Recogida de la oliva: en esta labor pasábamos mucho frío pero era muy divertida. Pasábamos el día cantando jotas, tangos, boleros etc. en la Olivera, en Liboca, en Chorota y en el camino de Pamplona. Existían fincas de olivos muy preciosas. La mayoría ya han desaparecido, se han arrancado los olivos.

Hace 70 años existían los siguientes trujales particulares: el de D. Leoncio Montero, el de D. Jesús Jiménez, D. Mamerto Azcona, D. Miguel Ulíbarri, D. Lorenzo Busto, D. Aquilino Lacarra, el del Rullo. Algunos de estos trujales consistían en dos piedras de moler traídas de Montejurra, las redondeaban y las ponían juntas en una madera, verticales, en una pilastra. Allá echaban las olivas y enganchaban una caballería que movía las piedras dando vueltas y más vueltas. Detrás iba un chico con una pala de madera dándole vueltas hasta que se molían. Por cierto, el traje que llevaba el chico, “el trujalerico” era muy original. Consistía en un saco en cuyo fondo se hacía un agujero para sacar la cabeza y otro a cada lado para sacar los brazos. Parecía un espantapájaros. Llevaban las olivas de los graneros al trujal ya fermentadas. Se obtenía un aceite muy amargo de dos grados de acidez. En la actualidad existe un trujal cooperativo de los mejores de Navarra con una maquinaria muy moderna. Recogidas las olivas, rápidamente se muelen y el aceite obtenido es muy bueno y con poca acidez.

Los  trujales eran arrendados a una clase de gorriones, que, cuando molían para otros se dejaban escapar casi todo el aceite a los infiernos y luego, los sábados lo recogían para ellos. ¡Qué pájaros! ¡Qué pingadas tan buenas nos hacíamos con pan tostado, ajo, aceite y sal!

El pueblo de Allo está situado en terreno muy llano y tiene las calles muy anchas por las que pueden circular camiones de gran tonelaje. Las carreteras que cruzan por el centro del pueblo son: la de Estella a Castilla y la de Ancín a San Adrián. El pueblo solo tiene cuatro cuestecicas: la de la Parada, la de Montero, la de la Iglesia y la de Zabalza. Existe un manantial y una fuente con cuatro caños en el centro del pueblo, rodeada con un cerco de piedras y una torreta. El agua nunca ha dejado de salir por los caños.

En el casco viejo del pueblo hay tres casas que no sabemos cúal de las tres es más antigua. Unos opinan que es la Manchega, otros que la Tahona y otros que la casa de los Sres. de Bados. Además de éstas, se pueden reseñar: casa de la gasolinera, la de D. Daniel Solchaga, la de D. Pedro Iragui, la de D. Pedro Lainez, la de D. Mamerto Azcona, la del Celador, la de D. Tomás Zabalza y la de D. Julián Bados. Escuelas y casas de los maestros; colegio de las monjas de Santa Ana, ermita del Santo Cristo de las aguas, la Iglesia, la calle de Atrás, calle Mayor, la del Santísimo Cristo, la calle de la Lechuga, La Plaza, Casa Consistorial, calle de la Carnicería, rincón de Arana, la de los Montoya, calle del Prado, los Cuatro  Cantones, calle La Balsa, Corral de las Cabras, Corral de las Vacas, la calle San Pedro, el barrio de Garchena, el Calvario, la casa de Fortún, la calle de San Sebastián, la calle Nueva y la de Horcamilos, la de Sancho el Fuerte, calle y plaza de El Raso con el cuartel de la guardia civil; la fábrica de conservas en las callejas de los Abrigos de Pino, los silos del Pozarrón y casa del Pozarrón, calle de La Fuente, calle de D. José Garraza, calle y barrio del Obizcal, la fábrica de harinas, bodega cooperativa y trujal cooperativo.

En la parte nueva del pueblo están: casas de la carretera de Estella, chalet de D. José Portillo, el de D. Eustaquio Vergara, casas de la carretera de Arróniz, casa y granja de D. Gerardo Villar; chalet de D. Juan Cruz Montoya, casas del Parral, instalaciones deportivas, un buen campo de fútbol y una hermosa piscina con su bar. Las llamadas casas baratas forman el barrio de La Paz, con unas casas muy bonitas. También es conocido como el barrio de Katanga.

En Allo siempre han sido muy aficionados a las sociedades. Yo he conocido las siguientes: Fábrica de Harinas, Central Eléctrica, la Panificadora, la Bodega y Trujal Cooperativos, la Trilladora del Pozarrón, los camiones de la Sociedad de Transporte y el Centro Católico de los Obreros. Éste consistía en un local para café y una tienda para los socios. El conserje era D. Gregorio Montoya y el presidente D. Enrique Alonso. Estuvo ubicado en la Placeta, en la casa de los Sres. de Zala. El Círculo Católico Social, que al igual que el anterior  tenía café y tienda para sus socios. El conserje era D. Corpus Alonso y estaba situado en la casa de Dña. Margarita Núñez.

Entre los años 1.925 a 1.970 existían los siguientes industrales: panaderos, D. Enrique Goñi que hacía unos panes choznes para el café por 10 céntimos  que en ningún otra parte los comí tan buenos. También  estaban las panaderías de D. Gumersindo Rebolé, de D. Pedro Iduriaga, de D. José María Goicoechea y de D. Luis Sanz, que hacían unos panes redondos de cuatro curruscos y unas ensaimadas de aceite que daban gloria comerlas. En la Placeta había una estupenda confitería y pastelería de D. Jesús Montoya y otra confitería y fábrica de chocolate de D. Teófilo Espinal. Una tienda de todo género de D. Donato Macua, otra de ultramarinos y golosinas de D. Eusebio Montes; café y tienda de D. José de Saralegui, tienda de D. Antonio Pérez, comercio de tejidos de D. Saturnino Zabalza, tienda y arreglo de calzados de D. Tomás Martínez; pescadería de D. Francisco Alonso, ultramarinos de D. Esteban López,  pescadería de D. Pascual Pérez y de D. Manuel Luzuriaga; guarnicionerías de D. Eliseo Zuasti y D. Victoriano Sanz; carnicerías de D, Serafín Macua, D. Germán Valerio y D. Severiano Lucea.

Con anterioridad a los bares y cafeterías que existen ahora, había los siguientes cafés: el de D. Victoriano Zabalza, el de D. José de  Saralegui, el de D. Ángel Salanueva además de un local donde daban café con pan que lo servían en un perolico con dos asas con un doble de café y un trozo de pan. En el salón recreativo de los hermanos Macua Jaurrieta, había sesiones de cine y teatro y muy buenas cantantes de zarzuela, jotas y flamenco.

El servicio público de taxi era atendido por los siguientes taxistas: D. José Alonso, D. José María Goicoechea, D. Julio Íñigo, D. Nicasio Iragui, D. Joaquín Íñigo y Zalduendo. Por lo que se ve, el servicio de viajeros estaba muy bien atendido. Para las mercancías, los primeros camiones fueron de D. Porfirio Garraza, D. Julián Ìñigo, D. Liborio Cascante, D. José Iragui, D. Victorino Martínez y D. Jesús Ochoa.

También había el taller de mecánica de los  Hnos. Arza, herrador y forja de D. José de Saralegui, taller mecánico, cerrajería y forja de D. Gerardo Zubiría, taller de carretería de D. Magno Gómez, carretería de Martínez y Sánchez, carpintería de D. Pedro Juaristi y D. Félix Amézqueta; taller de recauchutado, reparación y venta de cubiertas, motos y bicicletas de D. Jesús Hermoso de Mendoza.

A la construcción se dedicaban: D. Cirilo Íñigo, D. Ramón Íñigo, D. Manuel Íñigo, D. Tomás Íñigo, los hermanos Platero, D. Jesús Martínez de Morentin y los Hnos.  Azcona. También existía D.P.P. que se dedicaba a la trata de perros. Si le hacías un encargo, te traía un perro a cambio de dos panes y una longaniza, pero si a los dos días lo soltabas, te quedabas sin pan y sin perro.

Había también calderas destiladoras de brisa u orujo para la extracción de aguardientes. La de D. Canuto Irurzun, la de D. Tomás Zabalza y la de D. Canuto Echeverría.

En la Placeta, en el salón de Nicasio Hermoso, Felipe Platero nos daba cine mudo, nos costaba un real la entrada y nos explicaba la película.

En el monte de Miravete había lencinos con una extensión superior a  mil robadas de terreno. Había una cantera de cascajo y arena. Hace 60 años el cascajo lo aprovechaba la Diputación para el arreglo de carreteras y la arena mezclada con el cemento, para la construcción. Parte de esta finca la vendió el Ayuntamiento por un precio simbólico a D. Lorenzo Marco Sarrió para la construcción de la fábrica de papel en 1.973. En un tiempo muy corto la fábrica estaba ya a pleno funcionamiento con una producción de mil toneladas  diarias de papel. De las tres factorías, una estaba destinada a elaborar pasta de madera, materia prima para el papel, otra produciría el papel necesario para los diversos usos comerciales y, la tercera para la conversión y transformación del papel en la serie de manipulados de uso industrial, doméstico y sanitario. Llevan trabajando durante varios años y sus productos son de buena calidad, por lo que se vende con mucha facilidad. La fábrica está enclavada en la mejor finca del pueblo, donde trabajan más de 300 obreros con un buen sueldo y muy buenas instalaciones. Tienen comedores de empresa con precios económicos. Los promotores de su instalación fueron D. Jesús Fortún, Diputado Foral, D. Pedro Pérez de Ciriza, Alcalde y los Concejales D. José Pérez de Ciriza, D. Félix Zalduendo, D. Francisco Pérez de Obanos y D. Ignacio Osaba. En el año 1.992 ha sido reformada y dotada de maquinaria más moderna y la producción de papel casi se ha duplicado. En 1.993, durante una huelga de toda la plantilla, se queman los almacenes, sufriendo unas pérdida de mil millones de ptas.

La mayoría del personal de Allo se dedicaba a la agricultura, pero además de esto también han nacido  personas que a lo largo de la vida han alcanzado popularidad bien por sus estudios o por sus carreras obtenidas dentro de los distintos estamentos del Estado, pudiendo citar en primer lugar a D. Jerónimo de Torres, nacido en Allo el día 30 de septiembre de 1.730. En principio se dedicó a la carrera literaria. Hizo sus estudios de filosofía en Pamplona, para continuar en Valladolid y Salamanca, donde cursó Derecho Civil. Fue colegiado mayor de San Bartolomé graduándose en ambos derechos en Ávila. Fue nombrado penitenciario de Coria y después canónigo de Toledo. En esta sede metropolitana fue presentado para ocupar la Sede Episcopal de Lérida, siendo consagrado Obispo de la Catedral de Toledo por el Arzobispo Lorenzana el día 8 de febrero de 1.784. Tomó posesión de su sede el día 28 del mismo mes. En 1.792 obtuvo licencia del Rey para establecer en Lérida a las Hermanas de la Caridad. Fundó el primer establecimiento de esta Congregación en España; consagró varias iglesias. Además de lo anteriormente reseñado, en estos últimos sesenta años, en Allo han salido diversidad de carreras, entre ellas varios sacerdotes, religiosos, catedráticos, militares, entre ellos dos generales, uno de artillería y otro de aviación, un coronel, arquitectos, aparejadores, ingenieros, médicos, farmacéuticos, veterinarios, abogados, licenciados, profesores, maestros, periodistas, comadronas, enfermeras, practicantes y peritos agrícolas e industriales.

Han existido también voces de gran valía para el canto en diversos estilos. Se puede destacar la voz de Doña María Alonso Roncal, que cuando cantaba parecía que cantaba un ángel bajado del cielo. En canción española se puede destacar a Ángel Garraza, que cantaba muy bien, así como a Monolo Pardo. Como tenor la excelente voz de Jesús Garraza. En canciones religiosas había varios y muy buenos. Joteros entre los que destacaba Jesús Inés y Ruperto Garnica, sin olvidar a Miguel Montoya Alonso como guitarrista concertista.

En el año 1.929 se creó una banda de música cuyo director fue D. Julio Martínez. Tocaban muy bien los pasodobles: “Mi caballo murió”, “Marcial, eres el más grande” y el pasodoble de ”Los cojos.”

Al desaparecer en 1.935, quedó un quinteto muy majo que dirigía y tocaba la trompeta D. Esteban Roncal. D. Félix Roncal tocaba el bombardino, D. Jesús Martínez el bajo, D. Francisco Martínez, el saxofón y D. José Zufía el clarinete. Con anterioridad a éste existió otro quinteto de cuerda muy bueno cuyos componentes fueron: D. Tomás Martínez y D. Ricardo Asín, violines, D. Francisco Martínez, flauta y D. Luis Macua y D. Ángel Salanueva, a la guitarra.

En el año 1.945, en el salón de los hermanos Macua, se proyectaban películas de cine sonoro. Saturnino Zabalza pasaba películas tan buenas como “La Corona de Hierro”, “Los Miserables” y el “Fuerte Catachán”.

En la Plaza Consistorial y en época de verano, nos visitaban muchos y buenos artistas de esos que pasaban la boina. Entre otros venían “Los Carajaulas”, “El oso Nicolás”,  “La cabra Margarita”, “Los hermanos Cervera”, “La Juliana” y otros.

El día 28 de marzo de 1.892, mediante escritura notarial ante D. Lucas García y entre D. Pascasio Satóstegui, cura párroco, y D. Casiano Gambra, alcalde por parte de la Villa, y la reverenda Hermana Manuela Manzana representando a la Congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, quedaba establecida la Comunidad de dichas Hermanas para hacerse cargo del hospital y la escuela de los párvulos. Fue un contrato transcendental para el pueblo, ya que en él se estipulaba la entrega a dichas religiosas de lo más entrañable que tenemos: la custodia de los hijos y del Santísimo Cristo de las Aguas.

¡Cuántos aprendimos los primeros pasos en la vida del saber y de la religiosidad llevados por la mano de aquella buena hermanita de párvulos que no olvidamos! Estuvieron en el pueblo 80 años y al abandonarlo, dejaron un gran vacío.

En el año 1.941 mi hermana Doña María Alonso Roncal, regala al Santísimo Cristo de las Aguas una preciosa custodia.

En el aspecto deportivo, la mayoría practicábamos el fútbol. En el año 1.929 se formó el primer equipo, practicándose en el llano de la Bodega Cooperativa, junto a los muelles de la báscula. Al equipo lo bautizó D. Luis Martínez con el nombre de “El Huracán”. Sus primeros once jugadores fueron: de capitán, Pedro P. de Ciriza, como portero, Pedro Garamendi y el resto los siguientes: Ramón Íñigo, José Iduriaga, Perfecto Macua, Luis Montoya, Pedro Gambra, Luis Martínez, Tomás López, Vidal Montoya y Eusebio García Falces.

En la modalidad de pelota a mano teníamos al mejor jugador de todos los tiempos. Era maravilloso cómo jugaba a las dos manos Jesús López Iriarte.

En el deporte de la caza destacaban Mauricio Chocarro, Martín Soria y Ruperto Garraza, que estaban considerados los mejores tiradores a la perdiz de toda Navarra.

En atletismo figuraban Miguel Irurzun y Miguel Fernández de Arcaya. Buenos corredores en ciclismo y carreras pedestres. Éramos muchos y ¡cómo corríamos cuando íbamos de caza sin licencia! Nos salía al encuentro el guarda de caza, el Sr. Andía. En la actualidad se cazan con cepos muchas malvices, que son un bocado exquisito. Para cazar liebres y conejos también se utilizaban dos piedras que se colocaban en posición vertical en el suelo. En medio de ellas se colocaba el cepo tapado con tierra. La liebre acude por la noche a rascarse entre las piedras y entonces cae en el cepo. Estos tienen que estar siempre tapados con tierra, ya que de esta forma, caen más fácil los animales.

Los juegos más usuales de los niños eran: el marro, la cadena, los tres navíos, el lite, el montimoncayo, los botes de carburo, la cuarta, las caras, cara o cruz, el hoyo, las caretas, el tanganillo, la trampa, los bolos, los botones (los botones dorados valían por cuatro normales). Otro juego consistía en ir a comerle las brevas al Sr. Antero, las ciruelas a la Sra. Tomasa o las peras al Sr. Abete; nadar en el Prado Chica, en un pozo de cieno, o en las canteras del río Ega.

Existen tres frontones; el Ble derecho, el Ble izquierdo y el Ble ancho. Cuando no teníamos pelotas, jugábamos a pedradas. En él había un letrero que rezaba lo siguiente: “El que aquí venga a jugar, debe presente tener, pagar si llega a perder, hablar bien y no jurar, de lo contrario pondré cinco ptas. de multa”. El alcalde J.A.

El martes 26 de agosto de 1.952 fue un día de tormentas desastrosas para el pueblo. Hubo grandes inundaciones que causaron tres víctimas que murieron ahogados; D. Braulio Montoya, la niña María Luisa Pérez y la Sra. Estanislada, vecina de Arellano. Ocurrieron también otras grandes desgracias materiales. Las aguas arrastraron carros con caballerías inundando el trigo y el aceite almacenados en las bajeras. Del cerco de la Fuente y torreta del centro de la misma (piricucho) arrancó y arrastró piedras de más de 200 kg de peso que fueron a parar a Nadaja. Así es que hubo grandes sustos como el que se llevaron Dña. Isabel Ganuza, Dña. Eustaquia Falces y D. Jesús Hermoso que permanecieron durante tres horas en lo alto de una higuera. La tormenta les sorprendió en el campo y no pudieron entrar en el pueblo hasta el día siguiente. Fue tan fuerte que arrancó varios árboles. En Río Mayor a las Siete Alcantarillas las arrastró hasta el Puentarrón.

Otro martes, el 27 de octubre de 1.987 se volvió a desencadenar otra gran tormenta que afectó a varios pueblos de Tierra Estella. En Allo se vivieron momentos de pánico. Los gritos de socorro se pudieron escuchar durante la noche del martes. Obdulia Alonso relataba cómo vivió esta triste jornada. Muy cerca de su casa se oían gritos de auxilio procedentes del domicilio donde por causas naturales acababa de fallecer Dña. María Azcona Escaves, de 80 años de edad. Tan solo se encontraba acompañada en ese fatídico momento de su hija y ninguno de los vecinos ni familiares pudieron entrar a su casa hasta que bajó el nivel del agua.

En el año 1.967, siendo párroco D. Ricardo Ros Galbete, se restauró la iglesia, quedando muy bien. El importe de las obras alcanzó la cantidad de 3.474.476 ptas.

En el año 1.973 desaparecen la Balsa y la Balsilla con el fin de hacer la carretera de la fábrica de Sarrió en Miravete.

En los años 1.985 y 86 se restauró la Casa Consistorial, quedando como un palacio de bonita, siendo alcalde D. Gonzalo Garayoa  Sanz de Acedo.

En el año 1.988 se restaura la ermita del Santísimo Cristo de las Aguas.

En el año 1.987 se edifican en la finca de la Magdalena las nuevas escuelas y el polideportivo.

En el año 1.991, en La Guindalera se construye el consultorio médico para uso de varios pueblos.

La plaga de la filoxera fue a partir del año 1.896 y la recuperación con plantas distintas de cultivo vitícola se efectuó hacia el año 1.911.

En 1.992 compra el Ayuntamiento la huerta de Dña. Beatriz Chocarro de 754 metros cuadrados por 14.500.000 ptas. para construir el Hogar del Jubilado (hoy Centro Cívico), siendo alcalde D. Miguel Ángel Malangré Napal.

En los años 1.934, Allo estaba asistido por tres sacerdotes, cuatro monjas, cinco guardias civiles, dos alguaciles y cinco guardas de campo. También había una banda de música con veinte componentes; dos médicos, farmacia, comadrona, garapitero, sisero y cardador.

En el año 1.970 pastaban en el prado de Río Mayor 50 vacas bravas de D. Jesús Macua Jaurrieta y se encerraban en el corral de D. Donato Macua.

COSTUMBRES, CASOS Y COSAS DE LOS AÑOS DE 1.920 AL 93. SITUACIÓN ECONÓMICA.

Casi nadie tenía en Allo 1.000 ptas. Existía un prestamista que con 5.000 ptas. tenía a medio pueblo hipotecado. Este señor se llamaba José Galo del Portillo. Tenía varias fincas en hipoteca por un valor de 100 ptas. Si se necesitaba comprar un burrico, una vaca…se iba a casa de José Galo. Los prestamistas eran muy baratos. Prestaban el dinero a bajo interés, un 2% anual, y muchos no le pagaban. Un burro valía 5 duros, una vaca 75 y un caballo 70. Un robo de trigo (22 kg) 6 ptas., uno de cebada (18kg) 4 ptas.; un kg de pan 70 ctmos, una harinada 35 céntimos, un litro de aceite de oliva 40 céntimos, 1 kg de patatas 30 céntimos, 1 kg de carne de oveja o de cerdo 5 ptas.; 1 metro de salchichas 5 ptas., una docena de huevos 4 ptas., una libra de chocolate 75 céntimos, una pescada de abadejo del centro 5 ptas.; una liebre 6 ptas., un conejo 14 reales, una perdiz 3 ptas., una gallina o un pollo 4 ptas., un kg de sardinas 3 ptas. un kg de besugo 5 y un kg de angulas 10.

En el año 1.927 un obrero del campo ganaba un jornal de 7 ptas. diarias trabajando 10 horas al día, sin seguros de ninguna clase. Los sábados se trabajaba y no había ni puentes ni vacaciones. Si durante la jornada de trabajo llovía a la hora de la merienda, solo ganaban tres cuartos del jornal correspondiente a ese día. Así pues, los obreros lo pasábamos de ”a kilo”. Llevábamos unas vestimentas que daban pena. Calzábamos unas abarcas de goma que pesaban 1 kg cada una y cuando se llenaban de tierra… “no te quiero ni contar”.

Los campesinos de Sesma eran más señoritos. Llevaban unos borceguines (borceguíes) con siete renques de clavos. Pantalones, usábamos todos de la misma clase, de un tejido que se llamaba “drill”, lleno de cosidos, de pedazos y petachos por todas partes, rodilleras, culeras, coderas. Para los domingos y días festivos usábamos un pantalón bombacho azul que llevaba en la cintura una trencilla negra. La ropa interior nos estorbaba poco. No usábamos calzoncillos ni camiseta y no teníamos zapatos. Para los días de fiesta utilizábamos unas alpargatas blancas o azules cerradas de correas. Trajes, muy pocos tenían. Para abrigarnos nos valíamos del tapabocas o de la manta que se compraba en la feria de Estella a León Salvador y por la que cobraba 15 ptas. A estas mantas, León Salvador las llamaba “mantas despertador”, te tapabas con ellas y te quedabas helado de frío. Algunos usaban blusas azules o negras

Chaqueta teníamos muy pocos y, algunos presumidos del pueblo llevaban a diario pañuelico al cuello. Algunos señores más elegantes se ponían de abrigo unas capas azules con forro rojo y dos borlicas muy bonitas en las solapas. La última que se usó fue la de D. Aquilino Lacarra. Los más ancianos se cubrían la cabeza con una boina negra y solamente se descubrían al entrar en la iglesia. Algunas boinas debido al exceso de uso tenían más aceite que si las hubiesen prensado. Su producto hubiese igualado al de dos robos de olivas. También se usaban unos chalecos con seis bolsillicos y una trabilla para atar en la espalda.

Vicios teníamos pocos. Solíamos jugar algunas partidas de julepe, mus, la banca, la liga…El 17 de septiembre de 1.927, en fiestas, jugaban a la banca en la era de Montero del Prado: tiraba la banca Jesús Martínez Camina. La guardia civil, junto al alcalde, desde una ventana de una casa y con unos prismáticos, reconocieron a los jugadores. Denunciaron a 60, algunos fueron a la cárcel por un día.

Las mujeres tenían el paseo en la carretera de Estella. También se formaban unos corros en El Calvario, en La Placeta y en El Raso. Jugaban a la brisca y se comían algunas chocolatadas. Las muchachas más jóvenes se bajaban a La Fuente a esperar a los autobuses de línea de Napal y la Estellesa, aprovechando para ver a los jóvenes en el Paredón. Terminado el permiso aprovechaban para subir las botijas y cántaros de agua de la fuente a sus casas.

Para entrar en la iglesia las mujeres usaban unas mantillas muy bonitas. También se ponían unas fajas de ballesta en vez de sujetadores y unas faldas que “hay que ver”. Mi abuelita el abanico y unos botines con 22 botones cada uno. Las toquillas, sortijas, joyas, collares y relojes, se veían muy pocos. Se ponían unas roscas de pelo en la mitad de la cabeza con muchas horquillas de alambre, la peineta, los pasadores y diademas. Los hombres no teníamos reloj, solo algunos que lo habían comprado en la feria de Estella a León Salvador por 7 ptas. Eran muy buenos de la marca RASCOPATÉN. Había de bolsillo y de pulsera. Solo José Ochoa tenía uno de la marca METEOR.

Una vez terminada la trilla, acudíamos todos a pasar el día al río Ega; al Vado, a los Canales de Moreno o a la Playa Chiquita. Llevábamos una sartén grande, muchas patatas y un conejo. Unos pelábamos las patatas mientras otros cogían cangrejos que en este río se criaban muy ricos y en abundancia. Se cogían dos o tres docenas, además de chipas y camarones. Nos salía un calderete riquísimo. Pero todo se terminó: se murieron los cangrejos, se labraron las eras, se murieron los conejos. Como decía aquel: teníamos una cabra, la “imos” vendido, se acabó la leche, la “imos” jodido.

¡Cómo vivíamos hace 70 años y cómo vivimos ahora! Antes no había otro medio de locomoción para ir a Estella, a Pamplona o Lodosa que un autobús de “La Protectora”. Con el billete te invitaban a chocolate con churros. Con anterioridad a éste, se iba de Lodosa a Pamplona diariamente en un carruaje tirado por cuatro caballos que se cambiaban en Puente la Reina para poder subir el puerto de El Perdón. Eran propiedad de D. Pedro Casado y D. José María, siendo ellos mismos los conductores. Se hacía el viaje de ida y vuelta en el día. Posteriormente D. Ángel Napal puso un autobús para el servicio de Estella a Lodosa. Estos servicios pasaron después a la compañía La Estellesa S.A. También existía otro medio de transporte de Allo a Estella los jueves. Era el carro de Eusebio Montes, en el que colocaban dos bancos de madera para sentarse ocho personas, cuatro en cada lado. En el fondo llevaba un cajón para traer los gorrines que se compraban en Estella. El viaje valía dos reales ida y vuelta. ¡Qué frío pasábamos en las dos horas que tardábamos en hacer recorrido de ida y otras dos de vuelta! Otros utilizaban una caballería para ir a comprarse un pantalón bombacho, unas botas o unos ganchos de madera para cargar las caballerías de olivastros o de sarmientos. Ese día se comía bien en la Plaza de Santiago. Por medio duro te servían en una tarterica una buena ración de gorrín o cordero asados o de callos que los hacían muy buenos. El burro lo dejábamos en una cuadra de la Fuente de los Chorros, antes del puente del Azucarero. Cobraban un real por guardarlo. La mayoría de la gente de la comarca acudía los jueves a Estella ya que en ella se encontraban los comercios, el cine, las cafeterías, el frontón, las pastelerías etc. También había gente que jugaba a las cartas en el Casino y otros bares. Los novios de los pueblicos de la Montaña venían a vistas con sus papás y se hacía la boda o se rompía el noviazgo, porque a la novia le daban 30 duros menos de dote que al novio. Ahora en todos los pueblos han puesto cafetería, frontón, piscina y polideportivo.

Las fiestas de hace 65 años se celebraban de la siguiente manera. El día de Nochebuena los chicos acudían por la mañana a las casas de los más ricos a pedir. En unas casas nos daban una ochena, en otras una cuatrena, en otras una morcilla, un hilo de uvas y en la tienda donde comprábamos todo el año, la colación, o sea los turrones. La cena de ese día solía ser: cardo cocido, sopas tostadas, besugo asado, anguila del Ega, cordero asado, sopa cana, castañas cocidas, turrones y vinos alcanforados. El día de Navidad el cafetero nos obsequiaba con café y copa gratis por ser parroquianos. Del mismo modo solía ser el día de Nochevieja y Año Nuevo.

Por la festividad de San Blas las mujeres se dedicaban a hacer rosquillas, aunque también había algunos hombres que eran buenos rosquilleros. Los chicos nos encargábamos de llevarlos a la iglesia para bendecirlos. Antes de bendecidos ya nos habíamos comido muchos para comprobar si estaban bien de azúcar y de anís. Era más o menos como poner a un zorro a guardar un gallinero.

Por los Carnavales ya era cosa seria. Los mozos se disfrazaban. Cogían dos barandas largas y dos cestas y a pedir por las casas donde había mozas. Una les daba una longaniza, una morcilla, un trozo de tocino o tres huevos. La longaniza, la morcilla y el tocino los colgaban de la baranda y los huevos las ensaimadas y otras dádivas las guardaban en la cesta. Con todo lo recogido, las cuadrillas ya tenían para merendar durante dos o tres días. Las mozas les daban mucho porque si no, en el baile corrían el riesgo de que no fuesen invitadas o sacadas a bailar.

El día de San José se hacían buñuelos y torrijas. Los primeros se rellenaban con natilla y las torrijas se hacían con unas rebanadas de pan empapadas en leche cocida y luego las albardaban con huevo, azúcar y canela.

¡Lástima que todo esto se acabó! Se acabaron los hornos, el comer pan casero, los bollos de leche, asar el pato, el pollo o la cabeza del cerdo.

En el mes de mayo, ya con mejor tiempo se celebraba el día 15 la festividad de San Isidro, patrón de los labradores. Casi todos los años se hacían rogativas para que lloviera. Se sacaba al Santísimo Cristo de las Aguas en procesión y siempre nos sacaba de algunos apuros porque llovía. De esta manera los campos daban sus frutos; salían las habas verdes, los arvejones, los espárragos trigueros en la Calleja de Leorza. Maduraban las cerezas del Angelico en Partelacruz y las de Ovidio en Romaretas. Crecía la hierba para pasto de los animales. Para la festividad de San Pedro (29 de junio) ya se segaban las cebadas. Los caminos de la Churta y de la Repalba parecían una procesión de gente que iba a segar en gran cantidad, a pesar del calor que hacía en aquellas barrancas. Se comía al sol, entre moscas, arañas y hormigas y luego se echaban la siesta poniendo un fajo de mies tieso para apoyarse en él. Como las moscas te comían, no había más remedio que volver a segar; así es que para las cuatro de la tarde se agotaba el agua del cántaro y entonces bebíamos del aljibe grande del Monte que tenía unas escaleras para bajar y donde bebían todos los perros que iban al Monte. El agua estaba llena de sapitos y microbios de todas las clases. Luego, después de beber de esa agua, toda la tarde de seguidillas; nos daban unos cólicos que algunos les llamaban “torzones”. También había en el Monte otro aljibe que tenía el agua limpia y buena. Estaba cerca de “El Paso de los Zorros”. Por la noche en este aljibe solían beber los zorros y otros animales; de ahí su nombre.

El día 22 de julio de 1984, fiestas pequeñas en honor a la patrona Sta. María Magdalena, se inaugura el Club de los Jubilados. El Ayuntamiento traía para animar el pueblo a los gaiteros de Estella durante dos días y seguidamente la festividad de Santiago Apóstol (25 de Julio). Ese día se iba por la mañana al Monte para acarrear un viaje. Luego en septiembre se celebraban las fiestas de la Exaltación de la Santa Cruz. Era costumbre pintar las casas, sacar el estiércol de las cuadras, arrancar los garbanzos del Pradillo, traer dos viajes de agua de la Repalba y dos cestas de uva de la Majadilla. En ese mes se terminaba la trilla y los jóvenes tirábamos de saco. Los cogíamos de la era o del granero sin que se enterasen. Cada saco pesaba tres robos de trigo, lo vendíamos y luego con el dinero que sacábamos teníamos para entrar en cuadrilla. El baile nos costaba doce o catorce duros; poco más nos quedaba para tomar una cerveza con gaseosa o ron. Las fiestas se celebraban durante cuatro días y el quinto se iba en cuadrilla a pasar el día al río Ega. Con esto se acababan las fiestas hasta el día de Todos los Santos y Ánimas. Los sacerdotes, ese día, después de la celebración de la misa mayor, salían de la iglesia con el canastillo y todos los chicos del pueblo, esperaban para recoger las monedas que echaban del importe de la colecta; unos cogían un ochavo, otros dos céntimos o un maravedí. Ochenas y cuatrenas había pocas y el que cogía una de ellas ya se sentía rico.

En aquella época, hace 65 años (hablamos del año 1.930 más o menos ya que este escrito está fechado en 1.993) las monedas y billetes en circulación eran: billetes de 1.000 y 500 ptas.; en monedas, el duro de plata (5 ptas.), las monedas de plata de 2,50 y 0,50 ptas. y luego el real con un valor de 0,25 ptas. que era de níquel. El resto, ochenas, cuatreñas, ochavos y maravedíes eran de cobre. Por un ochavo nos vendía la Cesárea o el Donato dos cigarrillos de dulce o una tira de pedorretas.

Hasta hace pocos años no teníamos otras aguas que las de la Fuente, la Balsa, la Balsilla y la Repalba. Eran aguas de lluvia muy contaminadas. El agua de la Fuente estaba contaminada por las cuadras. La Balsa y la Balsilla desde el Alto de Santiago recogían sus aguas todas las chazas (moñigas) y cacurrias (excrementos de las cabras y ovejas). La Repalba afectada por la proximidad del corral de Peñazos y la cuesta de la Nevera que bajaban todos los cadajones o carajones (heces de las caballerías), además de la salsa de alguna caballería que se había muerto y los dejaban en aquellos liecos. Los que contaminaban poco eran los servicios de las viviendas. Teníamos muchos servicios públicos: el rincón de la Parada, el de la Tahona, las callejas del Prado, la alameda de la Fábrica, Garchena. Cada barrio tenía el suyo y eran mixtos, de señores y señoras. Se gastaba muy poco papel tisú; campaba la piedra o la hierba. Algunas veces que se iba con urgencia y estaban ocupados, había que correr hasta las viñas. Para la limpieza se usaban hojas de parra.

El sistema de vida de nuestros padres y abuelos era muy distinto al que vivimos ahora. El ama de casa de un pueblo se ocupaba de las siguientes labores: guisar bien, peinar a los niños, limpiar la pocilga, hacer medias, calcetines, toquillas, guantes, jerséis, echar rodilleras y culeras a los pantalones. Había bombachos que de tantos pedazos que le cosían, parecían el mapa de España con las 17 Autonomías. Amasaban el pan para varios días, cuidaban de la casa, de los animales, lavaban la ropa. Hacían la colada en unos terrizos de barro y varias cosas más. No fumaban ni bebían. Lavaban a puño en las acequias del Pozarrón y del Obizcal.

También nuestros padres las pasaban canutas cuando dejaban de fumar porque para todo no llegaba. Si tenían papel, no tenían tabaco. En aquellos tiempos no había Ducados; fumaban unos tabacos más fuertes que el alquitrán, a pesar de que entonces había más facilidad que ahora, ya que en todos los sitios le daban fiado todo lo que necesitaban.

Con el médico, practicante y veterinario estaban conducidos. Al peluquero se le pagaba al mes 6 ptas. por dos afeitados semanales y un corte de pelo al mes. Otros se afeitaban en su casa utilizando unas maquinillas marca “Matalos“, barra de jabón de la marca “Silencio” y cuchillas “Piel Roja” que compraban a León Salvador por 3 ptas.

El herraje de las caballerías, se le decía al herrador: ya te pagaremos, y el herrador tenía que ir tres o cuatro veces a casa del moroso para poder cobrar. Esto ocurría en Allo. En otros pueblos de alrededor parece que era todavía peor.

Había modas diversas, por ejemplo en Lerín, para llevar un peón al campo a trabajar, el rico acudía a la Plaza y a los que esperaban en la esquina, trataban, y una vez ajustado, el patrón y el peón antes de dirigirse al trabajo, se tomaban en la taberna dos copas de pacharán y a continuación marchaban al tajo. En Dicastillo los ricos eran más listos; como no les compraban el vino, para darle salida, ajustaban a los obreros por medio jornal y a cambio le daban tres litros de vino. Esto no dio resultado ya que para las tres de la tarde ya se lo habían bebido todo y luego en el tajo, todo eran follones. A la vista de los resultados intentaron otra modalidad consistente en poner un litro de agua y dos de vino, dejaban el agua y después toda la tarde de seguidillas bajándose los pantalones.

La tarea realizada por tres vecinos de Allo, D. Isidoro Irurzun, D. Tomás Sainz y D. Narciso Hualde, tenía mucho mérito. Durante todo el año transportaban vino por carretera con tres galeras y tres caballerías en cada una a Francia, hasta muy cerca de París. Cargaban una barrica en la parte baja de la galera y dos en la cama.

Si volvieran nuestros abuelos y vieran cómo se vive en la actualidad, con pisos tan elegantes, con el agua en el piso, el frigo, el televisor, la lavadora, baño, cocina eléctrica, además de coches, tractores, cosechadoras… dirían ¿qué es esto? Yo pienso que lo que más les gustaría sería la fábrica de Sarrió en Miravete, en la que trabajan unos 300 obreros fijos con sueldos muy buenos. Esta fábrica metafóricamente es la mejor finca de Allo. También les agradaría las esparragueras, ¡cómo iban ellos a pensar en sus tiempos en el oro blanco!, con lo bonitas que resultan las 300 ptas. el kg de espárragos y que en una robada se pueden recoger 300 kg al año!

Ahora cuando les enseñaran los papeleos de la S. Social, la declaración de la renta, el IVA, los testamentos, de los que se queda el estado más de la mitad y varias letras para pagar y les pusieran para comer jamón lleno de ácido bórico, las longanizas con unas cosas raras, sin pimentón molido, embutidos en plásticos, el pollo criado con biberón, el abadejo como el del centro, el pan que no lo comen ni los perros de lo malo que lo hacen y las carnes y los conejos criados con piensos compuestos hechos con pescados podridos. ¡Qué porquerías comemos y bebemos! Los cereales no son ni parecidos a los que se cosechaban antes. Los tomates, cebollas, uvas, olivas, higos, cerezas y las moras son peores. Son producidas con abonos minerales, no con estiércol como los que producían ellos. Desde que empiezan a nacer, la planta y los frutos son tratados con herbicidas, insecticidas y no digamos nada de los plásticos e invernaderos de los que salen las alubias casi cocidas y los tomates parecen de corcho. En las ciudades todavía es peor, ponen en los escaparates de las tiendas los melones, albaricoques, melocotones, cerezas etc. al sol hasta que se maduran.

Dónde están aquellas longanizas que se hacían en los pueblos, el puchero de barro lleno de lomo con manteca, el tocinico de papada, el de veta y las magras tan sabrosas.

En mis tiempos las familias comíamos todos de unas fuentes de porcelana de cuatro esquinas o redondas. No existía como ahora un plato para cada cosa y se bebía el agua de la botija o del rallo; el vino, todos del porrón o de la bota, nada de vasitos.

 

MEDIDAS USADAS EN NAVARRA

Una vara……………………….0,785 metros

Una almutada………………..........56 metros cuadrados

Un área……………………….….100     “             “

Una peonada…………………… 374     “              “

Idem en Pamplona…………...… 449     “              “

Una libra……………………..… 327 gr.

Un robo de trigo………………… 22 kg.

Un robo de cebada……………….20 kg.

Una robada…………………….. 898  metros cuadrados

Una cuartalada…………………. 224      “              “

Una hectárea……………...… 10.000      “              “

Una Ha en robadas…………..11,135       “              “

Una arroba…………………. 13,392 kg.

Una docena…………………. 4,464 kg.

Una pinta……………………. 0,750 litros

Un robo de trigo………….... 28,130 litros

Un cántaro de vino………….11,770 litros

 

PRODUCTIVIDAD AGRÍCOLA

  • 100 kg. de olivas del campo de Allo, una vez molidas dan entre 22 y 24 kg. de aceite.
  • Una Ha de esparraguera da una producción anual de 3.000 kg. de espárragos. En el año 1.989 cada kg de este producto se pagaba a 350 ptas.
  • Una robada de viña buena producía 1.000 kg. de uva.
  • Un cerezo bueno puede dar 300 kg. de cerezas.
  • Había muchos olivos cuya producción llegaba a ser entre robo y robo y medio.
  • El campo de Allo tiene una gran riqueza y variedad de plantas medicinales, de las que conozco más de 100 tipos distintos, muy valiosas y que curan diversos males.

 

Lorenzo Gambra

Diciembre 2021

 

Al leer este escrito os habéis podido encontrar con algunas pequeñas erratas. Son errores que causa el editor de la Web. Esperamos sepáis disculparnos.

Muchas gracias.

Los siguientes PDF contienen los textos originales de JUAN ALONSO RONCAL. Están escritos a máquina y son legibles. Al pinchar en cada uno de ellos se descarga y entonces se pueden leer.

Casos y cosas de Allo 1
Allo 1 1.pdf
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Casos y cosa de Allo 2
Allo 2 1.pdf
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FOTO  1

TÍTULO: Mujeres tomando el sol

PROTAGONISTAS: Vecinas de El Raso

AÑO: 1.982

Es la Plaza de El Raso, un día brillante de invierno, a tenor por el atuendo que lucen las protagonistas; zapatillas de andar por casa, batas de felpa contra el frío hogareño y, las más modernas, gafas oscuras para protegerse de los rayos solares. Es por la tarde, después de comer y haber fregado. Doy fe del momento porque en esa fachada el sol da por la tarde. Con tanta fijeza miran a la cámara, que no se dan cuenta de que las gallinas están emprendiendo  una escapadica por El Raso en busca de algo que llevarse al pico.

Los nombres de las protagonistas son: Raimunda Echarri, Pruden, Jesusa Osaba y María Luisa Ochoa.

 

FOTO 2

TÍTULO: Corraliza del Monte

PROTAGONISTA: El corral de Ciriza

AÑO: Sin datar

Tal como nos explicaba Juan Alonso, en el campo de Allo había varios corrales para acoger al abundante ganado lanar de la época. Este corral en particular era conocido como el  

Corral de Ciriza que, como bien reza el título de la fotografía, pertenecía a la corraliza del Monte. Estaba situado en el término municipal de Río Mayor, junto a la carretera que baja a Lerín, a la derecha. Se aprecia una parte techada donde se cobijaba el ganado durante las noches frías y lluviosas, y otra parte abierta, utilizada cuando el tiempo era más benévolo. Todavía se pueden apreciar hoy en día algunos restos de paredes derruidas. El otero que se ve al fondo es hoy afortunadamente un hermoso pinar.

 

FOTO 3

TÍTULO: Empacadora

PROTAGONISTA: No puede ser otra, ella misma.

AÑO: 2.004

El año 2.004, fecha en que fue tomada esta foto, lógicamente no corresponde con la época en uso del artilugio en cuestión. Es mucho más  anterior a ese año. En el apartado de EL PASADO PERFECTO. Los trabajos y los días: San Lorenzo, mal alvendador, hago alusión a estos cajones utilizados para hacer pacas de paja. Se colocaban en las eras donde se trillaba, junto a la trilladora. Podríamos decir que son el ancestro de las modernas empacadoras actuales que, a una velocidad de vértigo, empacan todo el campo de Allo en una semana.

 

FOTO 4

TÍTULO: El aguador con la pipa

PROTAGONISTA: Fulgencio Osaba alias Pochoncho

Esta fotografía está muy acertadamente comentada en la secciónde EL PASADO PERFECTO. Comedias y Varietés I: La cultura del agua y sus circunstancias. Os invito a que busquéis y encontréis, y así,  hacéis un ejercicio de relectura que siempre viene bien para descubrir nuevos matices que antes se pasaron por alto.

 

FOTO 5

TÍTULO: La Harinera

PROTAGONISTA: Fábrica de Harinas de Allo

AÑO: 1.983

Qué pena que nuestra maravillosa y emblemática Fábrica de Harinas no se haya convertido en un bonito museo o en un interesante centro de interpretación de la transformación del trigo en harina. Contadas están en el apartado de EDIFICIOS SINGULARES: La Fábrica de Harinas, las razones por las que el propietario no llegó a un acuerdo con el Gobierno de Navarra para llevar a cabo ese bonito proyecto. Hubiese traído a Allo muchas visitas de escolares y otras personas que siempre dan alegría y vitalidad allá donde van.

 

FOTO  6

TÍTULO: El herrador

PROTAGONISTA: Herrador, amo y caballería

AÑO: 1.983

No quisiera equivocarme, pero ese macho fue el último que resistió la mecanización agrícola en Allo. Su dueño, Benedicto, natural de Arellano, lo trató con mimo. El animal no da muestras de estrés ante el proceso del herraje, más bien al contrario, se le ve relajado y gustoso de que le pongan zapatos nuevos. Lo podríamos comparar con el placer que uno siente cuando va al callista y le quitan el callo que le ha estado torturando. Obviamente el herrador no es D. José de Saralegui, al cual hace mención Juan en su escrito. Esta fotografía es muy posterior a esa época. El herrador creo que no es de Allo, no lo identifico, pero lógicamente sirve para hacernos una idea de cómo era el oficio.

 

FOTO 7

TÍTULO: La Balsa con  chiquillos

PROTAGONISTAS: Los chiquillos o chiquicos

AÑO: Sin datar

Tanto en el relato de Juan Alonso como en el que yo hice titulado “La cultura del agua”, podemos encontrar la razón de la existencia y utilidad de la Balsa, la Balsilla y la Repalba ,lugares donde se recogía agua de lluvia, elemento esencial para la vida. Eran protegidos y muy cuidados por el hombre. Una de las cosas que apreciamos en la fotografía es el esmerado trabajo que supuso la realización de esa rampa empedrada que daba acceso a las caballerías evitando así que resbalaran y poder llegar hasta el agua para abrevar. Los chiquillos, en un principio, no irían a beber agua de la Balsa, pero dada la cara de alegría que muestran, algún divertimento habrían encontrado. No reconozco a ninguno de ellos. Si algún lector al ver la foto se identifica, que lo manifieste.

¡ya se han manifestado! ¡no se puede ser más rápido! y yo añado: ¡no podrían ser otros que ellos! Tres de ellos vivían a 20 metros de la Balsa y es lógico imaginar que esta era el lugar más adecuado para sus juegos y divertimentos. Seguro que cuando salían de casa para jugar, no faltarían las advertencias de sus madres para que tuviesen cuidado de no caerse al agua y volver " chirriaus". Los cuatro protagonistas de derecha a izquierda son: Javier López Esparza, José Luis Esparza López, Pili Alonso Larraona y Teresa Esparza López. Los López Esparza y los Esparza López no me perdonarán que no los haya reconocido. Me he guiado por el pelo y claro...

 

FOTO 8

TÍTULO: La matanza

PROTAGONISTA EJECUTOR: El Rubio

PROTAGONISTA EJECUTADO: El cocho

AÑO: 1.981

En la presentación al escrito de Juan, hago la observación de que algunas cosas escritas por él se mezclan con otras recogidas en nuestros escritos. Aquí se da esta circunstancia. Esta fotografía puede ser el hilo conductor que nos lleve a releer el escrito titulado EL PASADO PERFECTO. Comedias y Varietés III: Hemos matau cocho. Solo recordar que el último matarife fue Ángel Garayoa, “El Rubio”, sujeto agente en la foto, y pareja profesional durante muchos años de Eladio Ganuza.

 

FOTO 9

TÍTULO:   Vamos pa casa

PROTAGONISTA I: Jesús Soria a lomos de su jumento

PROTAGONISTA II: El jumento cargando con Jesús Soria

AÑO:  1.980

Dicen que los burros son tercos, cierto. Esta terquedad se manifiesta cuando tienen que ir a trabajar. Como diríamos coloquialmente, cuando hay que ir al campo, pero a la vuelta el comportamiento es totalmente distinto. Si al ir al campo se muestran necios, tercos y tardones, cuando el día se acaba y vuelven para casa, se muestran dóciles y ligeros. ¡Será la querencia a la cuadra! El burro hizo, y en algunos países todavía lo hace, un servicio fundamental en el mundo rural. En la foto se aprecia cómo amo y jumento vuelven a casa dejando atrás y al fondo el campo, haciendo su entrada en las primeras casas del pueblo; concretamente es la entrada a Allo por el Humilladero. Parece  un día gris de invierno a tenor de lo arropado que va el Sr. Soria. No olvidemos que también el animal va protegido contra el frío, lleva albarda.

 

FOTO 10

TÍTULO: Limpiando garbanzos

PROTAGONISTAS: Garbanceros y garbanzos

AÑO: 1.986

La verdad es que esta foto solo me sugiere lo que nos dice el título “Limpiando garbanzos”. No reconozco a las personas, no reconozco el lugar. Solo les deseo que aquel día de aquel año hiciese viento suficiente como para que al orear los garbanzos, se separasen éstos de las vainas y cayesen al montón limpios de polvo y paja. De echarlos en remojo, ya se encargaría alguien en casa. ¡Buen provecho!
 

FOTO 11

TÍTULO: Trabajos en el trujal I

PROTAGONISTAS: Jóvenes trujaleros

AÑO:   1.985

Aún faltaban diez años para que nuestro querido trujal dejara de moler la oliva cultivada en Allo y rindiera pleitesía al trujal Mendía de Arróniz. El último año que se molió fue en 1995. Vuelvo a invitar a que los lectores seguidores de esta web lean todos los detalles sobre la recogida de la oliva, la molienda y demás trabajos relacionados con esta actividad . Os recuerdo que lo encontraréis en el apartado de EL PASADO PERFECTO. Los trabajos y los díasY ahora hay que coger olivas. Los trujaleros que aparecen en escena son: José Luis Arellano, Enrique Iduriaga, Angel Mª Arrieta y José Díaz. Realizan labores de prensado de la pasta obtenida al moler la oliva. Me llama la atención lo jóvenes que eran estos jornaleros.

 

FOTO.   12

TÍTULO: Trabajos en el trujal II

PROTAGONISTA I: Jesús Arrondo

PROTAGONISTA II: El montón de olivas

AÑO: 1.985

He aquí la sala donde se recibían las olivas que entregaban los olivareros altivos. Como se puede ver, se amontonaban después del pesaje y a continuación se iban depositando en la tolva, o también con la grafía  “tolba”, para pasar a través de un sinfín al molino, sito en la sala anexa,para seguir el proceso de la obtención del aceite.

El señor Arrondo parece no asustarse del enorme montón de olivas que tiene detrás. Se le ve en buena disposición para el trabajo. ¡Ánimo!

 

FOTO 13

TÍTULO: La Bodega

PROTAGONISTAS: Tractores y remolques

AÑO: 1.981

La Bodega como protagonista y en torno a ella, los tractores con sus comportas llenas esperando turno para descargar la uva vendimiada ese mismo día. En el centro de la explanada se ha formado una tertulia de ”transportistas de uva”, cuyo tema de conversación seguramente será a cuantos kilos de uva por robada están pagando unas u otras viñas. Se  divisa el cielo con nubes, tal vez haya llovido o está a punto de hacerlo. En Allo había un dicho muy nuestro que decía: “Eres más canso que la vendimia con barro”, en alusión a las generosas lluvias que solían acompañar a los días de recolección en aquellos tiempos y, por consiguiente, retrasaban y dificultaban la tarea. De nuevo hago una invitación a la lectura del apartado EL PASADO PERFECTO. Los trabajos y los días. Antes se vendimiaba. para descubrir las diferencias de aquellas vendimias con las que se hacen ahora. Os recuerdo que la Bodega de Allo terminó su andadura en 1.985.

 

FOTO 14

TÍTULO: Abejera

PROTAGONISTA: El paso del tiempo

AÑO: Sin datar

Podríamos hacer un ejercicio contable para saber el número de veces  que en el escrito “Casos y cosas de Allo” aparece la palabra “Abejera”. Ese ejercicio ya lo hice y el resultado es que el campo de Allo estaba salpicado por la nada desdeñable cantidad de 29 abejeras. La definición según la R.A.E. es: un colmenar, un abejar, una colmena, lugar destinado a la producción de miel. ¿Sería en esa época la miel un alimento básico para el sustento familiar? Probablemente sí. La miel tiene fama de ser un alimento muy calórico, carente de grasas y de colesterol además de otras muchas propiedades beneficiosas para la salud. Las abejeras se construían en los liecos junto a las fincas y en zonas propicias para la vida de las abejas. Se aprecian en la fotografía, a pesar de su estado de ruinas, los huecos o departamentos donde las abejas fabricaban los panales.

 

FOTO 15

TÍTULO: La trilla y los utensilios

PROTAGONISTA: La trilla

AÑO: Sin datar

La protagonista de esta fotografía es la “trilla” que no la “cosecha”. En estos tiempos es una máquina cosechadora la que de forma global se encarga ella solita de realizar todas las labores de siega, trilla, etc. Lo que vemos en la foto es una magnífica colección de todos los utensilios que se usaban cuando se trillaba de forma manual en las eras: cribas, areles, cedazos y tamices como instrumentos de limpieza, robos, almutes y cuartales como medidas de capacidad además de alvientos, horcas y rastrillos. Como elemento imprescindible, el sombrero de paja como protector del sol del verano.
 

FOTO 16

TÍTULO: El afilador

PROTAGONISTA: Seguro que un gallego

AÑO: 1.983

¿Quién no tiene almacenado en su memoria el sonido del chiflo del afilador? Eran unos soniquetes muy especiales que lo hacían muy conocido. Hasta hace poco tiempo era uno de los oficios más populares del mundo rural, sobre todo en Galicia, y también en las ciudades hasta la segunda mitad del siglo XX. Era solicitado por las amas de casa para poner a punto los cuchillos y tijeras. La tradición dice que la mayor parte de los afiladores procedían de Galicia y más concretamente de la provincia de Ourense.

En Allo el afilador más popular fue Gervasio, cuyo acento a la hora de hablar delataba que era gallego. Curiosamente, hoy en día, algunos sábados timbran al portero automático de mi casa y se escucha la voz de un afilador ofreciendo sus servicios. Creedme si os digo que lleva una bicicleta y en la parrilla una rueda de esmeril con la que afila los cuchillos y las tijeras que algún vecino le entrega.

 

FOTO 17

TÍTULO: La vendimia

PROTAGONISTAS I: Jóvenes vendimiadores

PROTAGONISTAS II: Las comportas

AÑO: 1.984

Se aprecia claramente, es una viña vieja por la forma en que están plantadas las cepas y por el tamaño de ellas. Por el contrario, los vendimiadores son jóvenes. Lo sabemos por la postura de sus cuerpos agachados sobre las cepas con las piernas sin flexionar. Este control postural es propio de la gente joven. A los mayores la curva de la felicidad no nos permite inclinarnos de esta manera sobre las cepas. En el extremo de la viña, las comportas llenas de uva, esperan la llegada del carro, galera o remolque para ser trasladadas a la  bodega. Una cosa que me llama la atención; debió ser un año en el que el buen tiempo acompañó la campaña de la vendimia. Los vendimiadores van en mangas de camisa y la luz de la fotografía hace suponer que hacía un día soleado.

 

FOTO 18
TÍTULO: Cabaña de Ocarin
PROTAGONISTA: La cabaña de pastor
AÑO: Sin datar
Doy fe, de la misma manera que lo puede hacer cualquier persona que pase por allí, que esta cabaña a día de hoy está tal cual aparece en la fotografía. Su técnica de construcción me recuerda salvando las distancias, que en este caso son muchas, a construcciones romanas como el Acueducto de Segovia donde las piedras están colocadas una sobre otra sin ningún tipo de argamasa. La parte superior, el techo o tejado, está recubierto de una capa de tierra y sobre ella han plantado o han nacido por generación espontánea una gran cantidad de lirios que florecen en primavera y se mantienen verdes durante todo el año. Siempre la hemos conocido como la cabaña de Fortún. Hoy día existen otras dos cabañas idénticas a ésta, una en la Valdellorin y otra en el término de la Bailengua. A estas cabañas se les llama de pastor porque posiblemente las utilizaban éstos para refugiarse

 

FOTO 19

TÍTULO: Cooperativa vinícola I

PROTAGONISTAS: Los temporeros

AÑO: 1.981

Hace pocas fotografías hemos visto al señor de la gorra ante un enorme montón de olivas en el Trujal y ahora nos lo encontramos en la Bodega. Pues sí, había en Allo jornaleros, peones que se valían de estos tipos de trabajos temporales para sacar sus dinericos y contribuir así al mantenimiento de la economía familiar. Alguno de ellos hacían la temporada de la vendimia en la Bodega y poco más tarde comenzaban la temporada de la oliva en el Trujal. En este caso el jornalero protagonista es Jesús Arrondo más conocido en Allo por el sobrenombre de “El Sheriff”. La foto nos muestra cómo dos trabajadores colocan en una prensa una vagoneta llena de uvas para exprimir su mosto. Para completar la información del proceso os remito a 

EL PASADO PERFECTO. Los trabajos y los dias. Antes se vendimiaba

FOTO 20

TÍTULO: Cooperativa vinícola II

PROTAGONISTA: Los temporeros

AÑO: 1.981

En la fotografía anterior hemos visto cómo los temporeros acercan una vagoneta llena de uva hacia una prensa para extraer los espirituosos caldos de las uvas. Una vez que la prensa hace su trabajo, en la vagoneta quedan los restos de los racimos de uvas. Se les llamaba brisa (no encuentro relación del nombre con el producto). Por una puerta trasera de la Bodega salían unos raíles por los que se deslizaban las vagonetas cargadas de esta brisa, la cual se iba amontonando a cielo abierto. Estos residuos (brisa) apenas tenían utilidad, solo nos servían a los chicos para ir a revolcarnos por ella y terminar totalmente remostados (remostiaus, pegajosos), bañados en mosto, nunca mejor dicho. Los temporeros que aparecen en la foto son: a la izquierda Jaime Hermoso, en el centro Emilio Alonso y a la derecha Jesús María Moreno.

 

FOTO 21

TÍTULO: Carretera con surtidor

PROTAGONISTAS: Hombre y tractor

AÑO: 1.965

Así era el Paseo de la Fuente en 1965. A la derecha se ven unos majestuosos olmos que custodiaban a la Fábrica de Harinas junto al Paseo de la Alameda sin álamos. A la izquierda un tractor de época conectado a una manguera del surtidor que le sirve su imprescindible gasóleo para poder carburar. Era ahí, frente a la Harinera, donde se encontraba la primera gasolinera de Allo. Estaba dotada de dos surtidores de color rojo, uno de gasolina y el otro de gasóleo que funcionaban manualmente por medio de un manubrio que accionaba una bomba haciendo subir el producto del depósito. En medio de los surtidores había una casetica de madera que hacía las funciones de oficina. Junto a ella vemos al gasolinero,en este caso Agustín Solchaga, sirviendo producto al vehículo agrícola. Había que pagar en metálico, no había tarjetas de crédito, ni tienda ni techumbre sobre los surtidores. Todo a la intemperie tal como se aprecia enla fotografía. ¡Qué tiempos aquellos!

Metafóricamente podemos comparar al surtidor de gasolina con una madre embarazada, unida a su hijo, el tractor, por el cordón umbilical, la manguera, que le manda nutrientes, energía, para que pueda carburar.

En el año 1.964 esta gasolinera se trasladó al lugar que ocupa hoy día recibiendo el acertado sobrenombre de “Valdeajos” por coincidir con la aparición de pozos de petróleo en la localidad burgalesa del mismo nombre.

 

FOTO 22

TÍTULO: El estañador

PROTAGONISTA: El mismo

AÑO: 1.982

Los estañadores recibían este nombre porque se dedicaban a reparar con soldadura de estaño todos los utensilios de cocina (ollas, peroles, sartenes, cazos, etc.) que se descascarillaban. ¿A quién se le ocurriría hoy en día llamar a un estañador para que le arreglaran un perol? Esta pregunta contesta a muchas otras que no tienen respuesta porque este tipo de artesanos ha desaparecido y los fabricantes ya se encargan de aplicar a los aparatos electrodomésticos y baterías de cocina la llamada obsolescencia,que no es ni más ni menos que la programación de la vida útil de estos aparatos y enseres.

El estañador no solo era estañador sino también paragüero. Estañaba perolas y arreglaba paraguas. ¡Qué cosas! Su grito de guerra era: “estañadooooorrrrr y paragüeeeero”. En la imagen se le ve arreglando un pasapuré y en el suelo varios paraguas que esperan ser reparados. En el recipiente blanco llevaba unas brasas de carbón siempre encendidas para poner al rojo el soldador que derretía la barra de estaño. Mientras caminaba de esquina a esquina de las calles del pueblo, movía el recipiente con movimientos pendulares para mantener vivo el fuego. El estañador más conocido de Allo fue Pepe Cascarilla, de Cárcar. Su apodo le venía como anillo al dedo.

 

FOTO 23

TÍTULO: Trilladora

PROTAGONISTA: No hay otra, la misma

AÑO: 1.979

¿Estaría esperando esa trilladora en el año 1.979, cuando se le hizo la fotografía, a ser trasladada a algún museo etnológico? Fue a principios de la década de los sesenta cuando llegaron las primeras trilladoras a Allo. Eran de la marca Ajuria y fabricadas en Vitoria. Supusieron un paso importantísimo en la mecanización del campo. Eran máquinas transportables como podemos apreciar por sus ruedas, para poder llevarlas de una era a otra. En la gasolinera de Lerín hay expuesta una trilladora con acceso libre a cualquier persona que la quiera contemplar.

 

FOTO  24

TÍTULO: ¡Vámonos pa casa…que ya es hora!

PROTAGONISTA: Labrador de viña y su macho

AÑO: 1.980

Así, de repente nos podríamos preguntar: ¿van al campo o vienen del campo? ¿vuelven a casa o salen de casa? Yo creo que vuelven a casa. La manta que cubre a la caballería es un indicio de ello. A los animales, después de todo el día trabajando, se les cubría con mantas para que no cogieran frío. El macho va envarado o enganchado a un arado o aladro romano, utilizado sobre todo para labrar viña. Para su transporte se utilizaba un carrillo de dos ruedas. Este señor, al que no identifico, no debe de ser de Allo. Viene de dar la primera arada a la viña porque el aladro lleva un par de vertederas utilizadas éstas para este menester. A esta labor se conocía como “mover la tierra”. Llama la atención la actitud de serenidad del labrador, por su mirada y su pose con las manos en los bolsillos, como disfrutando por el deber cumplido.

Cuando las rejas del aladro se destemplaban, perdía el hierro el temple, y no cortaban bien las hierbas, se llevaban a templar a la fragua. ¡Cuántas rejas de estas templó en su fragua mi tío Luis Zubiría! Recuerdo que para saber de quién era cada pareja de rejas, pues llegaban muchas en el tiempo de la edra, una vez templadas, escribía en ellas, con muy buena caligrafía, el nombre del dueño. El proceso consistía en poner la punta de la reja en el fuego de la fragua hasta que estuviese incandescente. Rápidamente llevarla al yunque y con un martillo golpear la reja para darle forma puntiaguda. Una vez que se conseguía darle la forma deseada, se introducía la reja todavía incandescente en el bidón de agua que se encontraba debajo de la fragua y con ello enfriar el hierro súbitamente para darle el temple necesario. A mí de pequeño lo que más me llamaba la atención era la nube de vapor de agua que desprendía el hierro al enfriarse. Tristemente lo asocio ahora al efecto que produce la lava al llegar al mar en la isla de La Palma.
 

FOTO 25

TÍTULO: Mujeres tomando el sol

PROTAGONISTAS: Seis mujeres y dos perros

AÑO: 1.980

A tenor de los diferentes modelos de asientos que se aprecian, se deduce que cada cual se ha llevado su silla de casa a la esquina para disfrutar del sol y de la tertulia. Era normal tener en casa por lo menos dos modelos de sillas; las altas para comer en la mesa y las bajas para sacarlas a la calle, a la fresca en las noches de verano y a tomar el sol en invierno. En la fotografía se aprecia claramente. Como se aprecian los moños, batas y delantales….¿ es posible un pantalón?

¿De qué estarán hablando? Pues yo creo que si hay seis tertulianas como en este caso, dos o tres conversaciones paralelas se oirían en el corro. Muchas mujeres aprovechaban estos raticos para hacer labores de punto, ganchillo, calceta y alguna más atrevida, encaje de bolillos, ya que estas tareas tan automatizadas te permitían hablar y tejer a la vez. Será este ejemplo el que avala al dicho que dice que las mujeres son capaces de hacer bien dos cosas a la vez y los hombres no. Ya me habré buscado la enemistad de algún, hasta ahora, amigo.

Sólo logro identificar a dos de ellas. La que se está limpiando la nariz es una mujer que se llamaba Mercedes de Carral y la que nos mira de frente con rictus serio, la María Luisa del Medio. Si sirve para identificarla mejor, es la suegra de Gerardo Villar. Los perros no sé cómo se llaman, no llevan chip.

La foto está sacada al final de la calle Mayor
 

FOTO 26

TÍTULO: Tertulia de vecinos

PROTAGONISTAS: Garcheneros

AÑO: 1.980

Los protagonistas de esta fotografía son Jesús Seguín, Marcos Arellano y Perfecto Azcona. Los he llamado garcheneros porque los tres vivían en el barrio de Garchena, embrión del pueblo de Allo. La tertulia los ubica en el Calvario, junto al Humilladero. El de la derecha es Marcos Arellano, el único que parece dispuesto a trabajar ya que lleva una azada en la mano (¡o será para hacerse el valiente!). A la izquierda  Jesús Seguín, que parece escuchar atentamente los consejos de su vecino Marcos y el que está de espaldas es Perfecto Azcona. Como curiosidad os diré que el recuerdo que tengo de Perfecto es que jamás lo vi con la chaqueta puesta como Dios manda, sino siempre de esa guisa, echada por los hombros de cualquier manera. Esta ha sido la pista para poder reconocerlo, ya que está de espaldas.

 

FOTO 27

TÍTULO: Arando viña

PROTAGONISTA: El caballo blanco

AÑO: 1.980

No quisiera estropear con mi comentario al pie de foto la estampa que nos brinda esta imagen. Es perfecta. Destaca el caballo blanco como protagonista principal, ataviado con todo lo necesario para la ocasión. En la cabeza lleva un morral de alambre que le impide comer hierba y distraerse en su cometido. También lleva un cabestro del que salen dos largas bridas con las cuales el labrador dirige sus movimientos hacia la derecha, la izquierda, parar, avanzar etc. Me parece que las expresiones que se utilizaban con las caballerías para dirigirlas eran más o menos así: ¡arre! para iniciar la marcha, ¡sooo! para detenerse, ¡pasallá! para ir a la derecha y ¡buesqueo! para ir a la izquierda. Seguro que estas expresiones alguien con más certeza que yo me las corregirá. En el cuello, el collarón, centro neurálgico del esfuerzo que tenía que hacer para arrastrar el aladro. En la grupa, el sillín ligero por el que pasan las bridas para que no se enreden en sus patas al andar, además, las correas que sujetan las varas del aladro. Digo sillín ligero porque había otros más grandes y pesados que los llevaban cuando tiraban de los carros o galeras.

El labrador, Braulio Díaz, que con templanza guía al caballo de renque en renque para realizar la arada. Se ve que es el director de la labranza porque en la mano izquierda lleva la batuta con la que gobierna a la caballería.

 

FOTO 28

TÍTULO: El Obispo

PROTAGONISTA: D. Jerónimo de las Torres

AÑO: 1.784

Desconocía la existencia de tan ilustre persona, el Obispo D. Jerónimo de las Torres, nacido en nuestro pueblo y del cual nos debemos sentir muy orgullosos. Como nos cuenta Juan Alonso, que habrá rebuscado quién sabe dónde para encontrar la biografía, nació el 30 de septiembre de 1.730 y después de formarse en Pamplona, Valladolid, Salamanca y Ávila fue nombrado Obispo de la Catedral de Toledo en 1.784. Este nombramiento debió de ser muy importante, dada la pujanza dentro del ámbito eclesiástico de la Diócesis de Toledo por aquellos años. Uno de sus logros más destacados fue la creación de la orden de las Hermanas de la Caridad en Lérida.

 

FOTO 29

TÍTULO: Regalo al Santo Cristo

PROTAGONISTA: La Custodia

AÑO: 1.941

Como bien nos cuenta Juan Alonso en su escrito, su hermana, Doña María Alonso, hizo un regalo muy valioso, la Custodia que nos muestra la fotografía, al Santísimo Cristo de las Aguas. Este Santo era y lo seguirá  siendo muy querido por la gente de Allo. Se da la circunstancia de que debido al tamaño tan grande de la iglesia parroquial, muchos de los actos religiosos se hacen en la bonita y querida Basílica del Santo Cristo de las Aguas. Así se siente visitado a diario por las personas que acuden a estas celebraciones. Recuerdo que cuando yo era niño estaba infrautilizado. Eso sí, la Novenica del Niño por Navidades se celebraba allí. Los chicos y chicas cada uno de los nueve días llevábamos un papelico escrito con nuestro nombre que metíamos en una bolsa de tela. El último día era el sorteo. Se sorteaban varias cosas. El premio principal era un cocho.También existía la picaresca que consistía en escribir nuestro nombre en un papel muy grande para que la mano inocente lo cogiera el primero. Luego D. Ricardo ya se encargaba de impartir justicia o hacer pucherazo porque  siempre les tocaba a los mismos. Bueno, en honor a la verdad, he de decir que a mi hermana Pili le tocó un año el cocho y nos juntamos con tres, dos de casa y el de la Novenica. En total 12 perniles.
 

FOTO: 30

TÍTULO: El Ayuntamiento

PROTAGONISTA: La reforma

AÑO: 1.986

Ya está preparado el Ayuntamiento de Allo para que le den un buen lavado de cara y de alma, por dentro y por fuera. Fue en el año 1.986 cuando se llevó a cabo esta gran reforma. Después de ello ha quedado un edificio, que manteniendo la esencia de su fachada, se ha hecho funcional y plenamente accesible. El edificio fue construido a finales del siglo XVI, de estilo renacentista. Es una de las tres casas consistoriales más antiguas de Navarra pero la única que conserva su fachada original de sillería y mampostería.

 

FOTO 31

TÍTULO: Una peseta

PROTAGONISTA: Un billete de peseta

AÑO: 1.937

El uno de enero de 2.002 comenzó a circular el euro como nueva moneda común para los países de la Unión Europea. Aquellos jóvenes que tengan menos de 20 años no tendrán referencia real del uso de la peseta como moneda de curso legal y los que tengan entre 20 y 25 años, pueden tener un ligero recuerdo. Otro grupo de no tan jóvenes recordarán la peseta como moneda física, de cobre o posteriormente latón, sin apenas valor. Aquellos que peinan muchas canas recordarán el billete de una peseta como el de la fotografía. Aquella  persona que sea aficionada a la numismática puede a través de internet consultar la historia de la peseta y encontrará todas las monedas y billetes de curso legal que han sido utilizados a través de los años desde su aparición.

 

FOTO 32

TÍTULO: La factura laminera

PROTAGONISTA: Teófilo Espinal

AÑO: 1.919

¡Qué cosas! Cómo podemos pensar hoy y ahora, que en Allo había entre otras muchas tiendas y talleres artesanos, una confitería y una fábrica de chocolate, donde podíamos comprar pasteles recién hechos y además  varios tipos de tabletas de chocolate. Pues parece que hace más o menos 100 años lo podíamos hacer. El confitero y chocolatero D. Teófilo Espinal, el 21 de febrero de 1.919 le vendió a la Cooperativa Vinícola de Allo un buen surtido de ricos dulces por un valor de 74 pesetas con 37 céntimos. En aquellos tiempos ese dinero era un capital considerable. Entiendo yo que sería para que se endulzaran todos los miembros de la Junta Directiva de la Cooperativa, después de haber cuadrado las cuentas del año en curso. Si cuadraron las cuentas, la cosecha fue abundante y los pasteles estaban ricos, pues ¡qué mejor cosa!
 

FOTO 33

TÍTULO: 1.000 pesetas

PROTAGONISTA: El billete verde

AÑO: 1.936

¡Esto ya es cosa seria! Los billetes de 1.000 pesetas en aquellos tiempos serían tan difíciles de ver, y no digamos de tener, como los de 500 euros hoy en día.

Me llama la atención que tanto el billete de una peseta que hemos visto antes como el de mil, están editados en Burgos por el Banco de España y no en Madrid como estamos acostumbrados a ver. La sede del Banco de España está como digo en la madrileña plaza de la Cibeles y la Casa de la Moneda, donde se acuñan las monedas y se editan los billetes, en la madrileña calle del Dr. Esquerdo. Recordar que Burgos fue capital de España durante la Guerra Civil entre el periodo del 1 de abril al 18 de octubre de 1.939 y los billetes están fechados en 1.936. ¡Investiguemos!

 

FOTO 34

TÍTULO: El Colegio de las Monjas

PROTAGONISTAS: Hna. Domitila, Hna. María, Hna. Antonia, etc.

AÑO: 2.009

Como dice Juan Alonso, y no le falta razón, ¡qué profunda huella espiritual y cultural dejaron en un par de generaciones las monjas de Santa Ana! Desde lo que a mí me toca, muchísimas gracias, a pesar de que nunca conseguí alcanzar como premio un caramelo gigante relleno de piñones que la Hna. Antonia, hermosa persona en todos los sentidos, me prometió si conseguía aprenderme una oración que comenzaba “Bendita sea tu pureza”.

Todos los de Allo sabemos que antes de ser colegio, fue un hospital y de hecho la cuesta que sube desde la carretera se llama la “Cuesta del Hospital”. Se construyó pegado a la Basílica del Santo Cristo. Cuando el hospital no tuvo viabilidad se convirtió en colegio de chicos y chicas regentado por las monjas. Era un complemento a las Escuelas Nacionales, ahora llamados Colegios Públicos. Chicos, no lo sé, pero chicas sí que se prepararon con las monjas el bachiller elemental que luego daba acceso al bachiller superior previo a los estudios universitarios.

 

AGRADECIMIENTOS

Esta serie de fotografías que coinciden más que menos con las fechas en las que se desarrolla el escrito de Juan Alonso han sido proporcionadas por Montse Aedo. Pertenecen a su enorme archivo fotográfico que ha venido complementando cada uno de los escritos que componen nuestra página web. Sin su colaboración no sería posible disfrutar de estas imágenes de “antesmás”, como decimos en Allo. Por ello, nuestro enorme agradecimiento, y que sepa que cada vez que necesitemos de su desinteresada colaboración, recurriremos a ella. De la misma manera agradecer a Javier Íñigo que, entre servicio y servicio en su taxi, arranca tiempo al tiempo para poner en orden las publicaciones de la web. También a mi prima Esther por el trabajo de coordinación para poder llevar a cabo esta nueva entrega.

Ahora solo me queda desearos a los lectores que disfrutéis de estos relatos y de estas imágenes que nos llegan muy dentro por su carga emotiva y sentimental.

 

 

Lorenzo Gambra

Diciembre 2021