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ANÉCDOTAS Y RETALES

 

LA DEL JURADOR

Cuentan que un señor de Allo que tenía fama de blasfemador o jurador estaba con su nieto y se le escapó varias veces el juramento de : Mecagüen la Virgen de Tauste. El nieto un poco asustado por la novedad del juramento le recriminó al abuelo y éste le dijo: Calla tonto que en Tauste no hay Virgen

 

Cuentan que este mismo señor se encontraba labrando la viña y cada vez que terminaba la renque le echaba un juramento al caballo para que volviera con más rapidez. Dio la casualidad que en la viña de al lado se encontraba trabajando otro señor muy piadoso y beato y a cada juramento le respondía con un : Alabado sea el señor. El jurador harto de tanta alabanza, cuando escuchó el correspondiente Alabado sea el Señor, le contestó: Alabada sea tu puta madre

 

 

 DE LA INMADUREZ ARTICULATORIA

A Pablo Zopla (sopla), conocido por este mote porque no pronunciaba la “S”, sus amigos para mofarse de él le decían: 

- Pablo sopla

Y él contestaba:

- Que zople la Engracia (su madre) que tiene máz gracia

 

Se encontraba charlando en la calle un niño de cuatro años más o menos que tenía un habla propia de su edad. Junto a él había una niña tres o cuatro años mayor, que se le suponía con un habla más correcta. Tras cada parrafada del niño, ella exclamaba: 

- ¡ Hay que ver qué habares  tene Fidé (… qué hablares tiene Fidel)

 

 

LA UNIÓN HACE LA FUERZA

Comentan que hace muchos años un padre y su hijo fueron a labrar al campo. Para esta tarea disponían de dos buenos burros que tiraban del aladro con gran pericia. Aquel día ocurrió la fatalidad de que uno de los burros dio un mal paso y se quedó cojo. Al padre no se le ocurrió otra cosa que la de hacer de burro.

Imaginemos la estampa: un burro emparejado con su dueño tirando del aladro que mantiene el hijo. Pero lo bueno del caso ocurrió al llegar al orillo, cuando el hijo se dirige a su padre diciéndole: “Padre, vuelve que el burro ya sabe”.

 

AMOR A LOS ANIMALES

Esta anécdota, aunque difícil de creer, es cierta. Un señor de Allo tenía un macho mucho bueno al que quería mucho. Como todo en esta vida tiene su final, aquel macho un día murió. El dueño pasó por momentos de gran pena por la pérdida de su animal querido. Cierto día se encontraba tomando un vinico en un bar de Allo y coincidió con el cura. En ese momento con toda la espontaneidad y nobleza que le caracterizaban llamó a un aparte al cura y le dijo que le gustaría que hiciera una misa para su macho, que había muerto hacía poco tiempo. El cura, perplejo por la proposición, mantuvo la serenidad ante la propuesta de aquel hombre, que mezclaba los sentimientos más íntimos hacia su macho sin alma, con la fe ciega. Esta conversación fue escuchada, sin intención, por una persona presente en el bar, que lo mismo que el cura, supo guardar el secreto de confesión.

Transcurridos varios años a aquel cura le dieron parroquia en un pueblo cercano a Pamplona. Y…así son las cosas de la vida, llenas de coincidencias y divergencias. En este caso fue una gran coincidencia. Con motivo de la festividad de San Antón, patrón de los animales, aquel cura soltó por el púlpito como ejemplo de amor a éstos, aquella anécdota vivida hacía años. Casualmente se encontraba en la iglesia la persona que fue testigo de aquella petición y, al finalizar la misa, una amiga le hizo un comentario jocoso sobre la anécdota contada por el cura, como dando a entender del carácter guasón y dicharachero del cura, a lo que la persona testigo tuvo que salir en defensa de la veracidad del hecho al estar ella presente en la conversación.

 

 

 VILLANCICOS AUTÓCTONOS

- Ande, ande, ande la burra de Arana. Ande, ande, ande que tiene galbana. Yo la vendería, yo la vendería si habría algún tonto que la compraría.

 

-         Oh bombillón, oh bombillón que alumbras más que laustia. Alúmbranos el paretón, alúmbranos oh bombillón

 

Y para rematar esta perla:

Entre las angulicas había un pez gordo era Cesicar y Cabigordo

 

Y esta explicación:

En COMEDIAS Y VARIETÉS II hay un artículo sobre Las Fiestas de antesmás. En él una foto de Danielico, César Goicoechea y Fermín Arza. César llevaba una tripa postiza de mondongo de vaca. Pretendían que le pillase la vaca y Fermín  le operaba en directo con un serrucho que lleva en la mano izquierda con lo cual le saldrían todos los intestinos ante los aspavientos y el susto generalizado. El resultado fue que no hubo manera de que le pillaría y en cambio estuvo a punto de hacerlo de verdad con Fermín. Ahora se explica un poco lo serios que estaban. La actuación era de las de verdad.

 

Y unas imágenes de Semana Santa:

Los chicos recorriendo el pueblo con las MATRACAS Y CARRACAS; el miedo que nos daba EL CEOMO; el silencio, la seriedad  y los velones en la procesión nocturna y las enormes telas moradas cubriendo de arriba abajo todos los altares de la Iglesia. Nos sentíamos culpables. Teníamos que estar tristes.

 

Y otra de Navidad:

Ir a pedir el aguinaldo a los parientes y amigos. Nos daban mandarinas, castañas, alguna yema de mazapán   y guirlache casero 

Hoy en Napal pasa un hombre que tiene más ojos que días tiene el año

 

QUIQUIRIQUÍ

Quiquiriquí

¿qué tiene el gallo?

Mal en el papo

¿Quién se lo ha hecho?

El gargacho

¿Dónde está el gargacho?

Debajo la mata

¿Dónde está la mata?

El fuego la ha quemado

¿Dónde está el fuego?

El agua lo ha apagado

¿Dónde está el agua?

Las gallinitas se la han bebido

¿Dónde están las gallinitas?

A poner huevos han ido

¿Dónde están los huevos?

Los frailes se los han comido

¿Dónde están los frailes?

Por aquel caminito arriba, arriba se han ido

 

  

     He aquí una foto única