Bienvenid@s a la Web NO OFICIAL de ALLO
Bienvenid@s a la Web NO OFICIAL de ALLO

NAVIDAD Y LOS REYES

 

Las celebraciones forman parte de la vida en sociedad y con las celebraciones aparecen los rituales. Pueden ser de ámbito civil o eclesiástico. Ambas se mezclan y entremezclan y así como las fiestas civiles se solemnizan bajo la advocación de algún santo, las fiestas religiosas se tiñen de prácticas y usos lúdicos. Una de estas fiestas era y es la Navidad y su corolario, los Reyes. Hoy el aspecto religioso ha quedado desdibujado bajo el manto omnipotente del consumo y el hedonismo, pero cuando éramos críos la Navidad estaba llena de emoción y de rituales.

 La religión marcaba nuestra vida y por eso la Navidad empezaba con  una novena, la “Novenica del Niño”. Íbamos a misa a hora temprana, echábamos en una bolsa nuestro nombre y al terminar los nueve días   nos rifaban algo, generalmente chucherías. El que había ido más días tenía más posibilidades de que le tocase. Era el premio al que había sido más esforzado en aguantar los fríos de antaño a finales de diciembre en Allo con pantalonico corto o faldas y calcetines.

 

Una ocupación de aquellos días era ir a por musgo para hacer el Belén. Frío, humedad y escarcha eran nuestra compañía. El Belén de las monjas, el belén de Abete y más adelante el Belén del Palacio de Dicastillo formaban parte destacada de la ruta de los belenes: el papel de plata de los chocolates imitando al río, la cueva con su ángel, las lavanderas, los pastores, el hombre cagando … y los Reyes que avanzaban un poco cada día.

 

También por Navidad, época de generosidad y muestras de afecto casi por decreto, íbamos a pedir el aguinaldo a los parientes y amigos. Llevábamos una cestica de esas de mimbre pero nunca la llenábamos. Caían algún guirlache o guiglache casero, mandarinas, castañas y alguna yema de mazapán como cosa extraordinaria. 

 

Había un día  en que en la Estellesa pasaba un hombre que tenía más ojos que días tenía el año. ¡Qué misterio! Nos imaginábamos un hombre lleno de ojos hasta que….tonta…¿cuántos días le quedan al año?. Estábamos a 30 de diciembre, un par de días después de los Santos Inocentes. Santos no sé,  pero inocentadas las que podíamos. Ese día era declarado huelga general de reniegos.

En Nochebuena todo se cerraba, se paraba, se ponía el intermitente. Sólo la Misa del gallo justificaba ponerte la chalina y salir a respirar echando humo/vapor  por la boca después de haber comido turrón del duro, turrón del blando y algún guirlache de almendrucos.

De adolescentes empezó la moda de salir por la noche en Nochevieja. Algo nos dejaban, no demasiado. Era el inicio de una paganización que chocaba con las costumbres ancestrales que habíamos recibido teñidas de mechas religiosas.

 

Los Reyes eran Reyes, ni Olentxeros ni Papás Noel. Sus regalos: cocinicas, muñecas de trapo, escopetas , cuentos, indios…y  la consabida “caja de culebras”. Supongo que ya no existen. Eran unas cajas planas de mazapán enrollado en forma de culebra con “chochos” y anises. Las había de diferente tamaño. Mi abuela nos regalaba una a cada nieto. Había gente que le traía un regalo los Reyes, jugaban ese día y luego desaparecía y fíjate, al año siguiente le volvían a traer el mismo. Es que los Reyes eran muy sabios. Deseábamos que llegasen porque los juguetes no duraban de un año para otro y había que sustituirlos con imaginación y juegos colectivos.

 

 La primera vez que vimos los Reyes de verdad fue en 1963. Hasta entonces sólo los habíamos visto en dibujos y generalmente nos gustaba el negro porque no habíamos visto negros. La primera Cabalgata fue idea de don Andrés. Hubo que improvisar todo. Las mozas cosieron en la clase de la hermana Domitila: Pili Gambra, Margarita Iñigo, Lourdes Montoya, la Teresica, Maribel Garraza, Presen Azcona y alguna más. Los zapatos se adornaron con tiras de plata del chocolate y algodón en vez de piel, las barbas eran postizos de pelo real que dejaba la Pili de la peluquería. Se consiguieron negros pintándolos con un corcho quemao  y, como no daba tiempo a coser más, Don Andrés trajo ropa de alguna parroquia de Pamplona.

Pedrito “Revuelto” hizo de pregonero. Llegó por la carretera de Sesma montado en un caballo y se paró donde el bar de Felipe ( la  actual sucursal de la Caja de Ahorros de Navarra) que tenía una terraza con pilares que semejaban almenas de  un castillo, el castillo de Herodes, que aparecía a la llamada del paje. Allí echaban un diálogo y les orientaban hacia la Plaza, donde estaba el portal de Belén. Los Reyes con su cortejo y  sus caballos subían por la cuesta de Chocarro, iluminada por las  teas de los pajes, y  acompañados de gente del pueblo sobre todo chiquillería. Todo un emocionante espectáculo.

 

En la Plaza, delante de los porches del Ayuntamiento, estaba el portal de Belén con su Virgen, su San José y su burro, todos de verdad  y con frío, y un niño Jesús de mentiras. Las pastoras, a ambos lados de la cueva, completaban el escenario.

Todas llevaban algún presente ( como se ve en una foto la Azucena llevaba un cordero de verdad porque su padre era pastor) y también pasaban frío a pesar de los refajos que nos ponían para parecer más auténticas y acordes con la ocasión.

 

Durante  unos años  hubo una crisis en la Cabalgata y la retoman Luli, Loren y Gustavo. En estos tiempos Pedro ya no iba en caballo sino en tractor. Alguna vez acababa  en el baile de Arturo, en el escenario que en otros momentos y tiempos ocupaban las vedettes. Un año el Rey Melchor en su discurso dijo que nos traía un regalo especial, volaron rollos de papel de water y ese año nos trajeron la papelera de Sarrió. (¡¡ hace 40 años!!). ¡Eso fueron Reyes!.

 

 

 

VACACIONES DE NAVIDAD

Esto que estáis leyendo está sacado  de un cuaderno de escuela de un chico de Allo de aquellos tiempos, principios de los 50. Está escrito con una letra trabajada por la caligrafía a plumín y tinta. Es una redacción mandada por el maestro o la monja. Es igual porque la educación que  rezuman era la misma: una serie de ideas preconcebidas que vamos transmitiendo de generación en generación y que conforman nuestra forma de ser y de vivir colectivo. Las ideas, lo que tenemos que pensar nos lo dicen. Por ejemplo, la redacción empieza con unos adjetivos determinados: hermosasalegres…De siempre nos dijeron que tenían que ser así y a nadie se le ocurría definirlas de otra manera. Las vacaciones de Navidad que vive este muchacho se parecen mucho a las vacaciones que vivimos en nuestra infancia: toda la familia, cena magnífica, turrones, bebidas y alegría que coinciden con lo que tenían que ser.

 

Generalmente la familia era tu propia familia y algún abuelo. Actualmente como vivimos tan desperdigados, una modalidad muy frecuente es que las cenas /comidas de Navidad  se conviertan en reunión de familia amplia (hermanos, sobrinos, cuñado/as…) y me parece que no se canta al niño Jesús, se juega a las cartas y se baila como nos cuenta este muchacho de Allo. Eso ocurría cuando no había televisión y esa cena era algo especial pero con los mismos de siempre. Diferencia considerable. Hoy “cenar en familia” por Navidad tiene diversas lecturas y resultados.

 

Los turrones generalmente serían del duro ( de Alicante) y del blando (de Jijona), algún guirlache casero con almendrucos, alguna yema y poco más. Licores…anís y coñac para los mayores y sidra y mosto para mujeres y niños.

 

En lo que sí coincidimos es en ir a la cama empapuzados, habiéndole dado bien al “papo”. Me parece que esta palabra nos une en el tiempo.

 

Respecto a lo que considera completo un par de días navideños: misa, comunión, juegos de niños, dulces, buena paga y cine…por este orden, encontramos dos primeras obligaciones: misa y comunión. Luego, expresado con una precisión y gradación magnífica, el resto de novedades unidas a las fiestas navideñas. Son esas otras novedades las que, trasladadas a los parámetros actuales,  seguimos conservando, las que se refieren a la diversión. Las dos obligaciones las hemos ido, mayoritariamente, dejando por el camino. A este proceso se le conoce como descristianización o paganización  y, de manera culta, secularización  ( de sécula: siglo) de la sociedad.

 

Ver la película Robin de los Bosques en el cine de Allo con unos ojos no acostumbrados a las imágenes, porque no había TV,  tuvo que ser fastuoso. Robin Hood era el bandolero bueno que protegía a los pobres contra los poderosos y enamoraba a la guapa y rica protagonista. La acción se desarrollaba en un bosque lejano en el tiempo y en el espacio. Lo completaba las peleas de espadachines, los arcos y las flechas  y las acrobacias arbóreas. Todo ello sumado llenaría de emoción porque da mucho juego. Sería una cinta mucho bonita, de esas que dejaban una impresión duradera en la mente y te hacían soñar que tú eras el protagonista. Seguro que más tarde lucharían con palos a modo de espadas. Es una película de 1938 y la veíamos doce años después. El frío ambiente del cine ni se notaría. Es lo que había.  Años más tarde mi padre hizo una calefacción. Era de aire y  metía bastante ruido que se añadía al ruido ambiental ( El cine.COMEDIAS IV). No sé cuántas calefacciones más haría  pero en mi casa también hizo un sistema de aire caliente que hoy no le llamaríamos  calefacción.

 

El día de Reyes: regalitos de los padres, fútbol y veladas teatrales. Los reyes eran los padres, del resto de la familia te podían dar alguna paga. Cuando lo descubrías se iba trasmitiendo en voz baja y suponía el primer escalón por el que se abandonaba la inocencia infantil. El otro escalón era saber que a los “chicos” no los compraban ni venían de París ni se los habían encontrado en Itárbela como me dijo mi tío Jesús cuando nació mi prima Juli. De todas formas la palabra regalitos  en diminutivo parece dicha con sorna. No son regalicos sino regalitos. Este muchacho me parece que ya lo sabía aunque no de manera oficial.

 

El fútbol en directo con el Huracán completaba el día y  si ese día jugaban con los de Dicastillo sería el no va más  porque eran nuestros directos rivales. No sé la realidad a nivel deportivo pero en este cuaderno escolar deja patente que con quien nos medíamos y salíamos triunfadores siempre era con los de Dicastillo.

 

Lo de las veladas teatrales por las niñas del colegio que se habrían pasado las vacaciones ensayando con las monjas ( éstas no tenían vacaciones) no tiene desperdicio. En otros escritos del mismo muchacho podremos disfrutar de ellas. ¡qué pena que no nos las describa en esta ocasión!.

 

 

 

1963. La primera vez que se hicieron REYES en Allo. 

 

Abajo, de izquierda a derecha: Ramiro Zufía de paje, Yolanda (Yoli), Esther y Mª  Victoria  de pastoras y Soria de paje.

En la segunda fila: Luisa ( Luisita), Rosi, Azucena, Mari Mar y Mª Teresa Pérez de Ciriza. Las chicas de pastoras.

 

Los grandes de detrás: a los  negros no los reconozco ( ¿quizá Evari el primero de ellos?), Jose Mari Portillo de San José, Mari Carmen del Prau de Vírgen, Juan Ignacio Arellano de Rey, parece Javier Arellano de paje, Michel Zalduendo, Gamboa de Rey  y Pedro “Revuelto” de paje.

 

Como se puede observar íbamos perfectamente caracterizados, tal como veíamos en las ilustraciones y que tan bien supieron reflejar las “cosedoras”. Destacan las barbas hechas de trenzas cortadas de chicas que ya eran mozas. La que pintó los bigotes se lo debió pasar gloria pero no estuvo muy inspirada porque todos son a lo Dalí, no hay ni un mostacho.

 

 

 

 

Primera Cabalgata de Reyes en 1963.

 

Pastoras escoltanto el portal de Belén donde estaban  la Virgen y San José ( Jose Mari Portillo y Mari Carmen la del Prau),   esperando a que llegasen los Reyes.

 

La primera a la izquierda, Esther, lleva como presente una mantica para que el niño no tenga frío, Yolanda (Yoli), un zacuto de trigo para el burro; Rosi  no sé y Azucena coge con gracia  al tranquilo corderico, que debía pesar lo suyo. 

Al fondo la gente ordenadamente esperando. Se distingue un chico con pantalón corto, calcetines y sin abrigo. Por eso había sabañones.

 

 

 

 

 

GAMBOA  REY

Jose Luis Gamboa, el maestro, uno de los tres  Reyes de la primera cabalgata. Le ha entregado una bolsa de caramelos y le susurra algo agradable y con persuasión de pedagogo a mi hermana Mª Jesús, que pone cara de creérselo. Auténtica cara de ilusión. A la izquierda media cara mía y al fondo la naricica de Javier el “Rojas”, que en esa época le llamábamos Quico el de la Encarna. El del fondo parece Rubén.

 

 

 

 

Estas pastoras ya son  uno o dos años más tarde:

 

Merche de Chandríos,  Mª José de la bodega, Maribel, Juana Mari y Esperanza. Estas dos últimas más que pastoras parecen baturras a punto de cantar la jota.

Como se observa, el vestuario está menos cuidado que la primera vez, ni llevan corpiño ni cintas en las medias, se arreglaron con faldas de las madres y un chal. Pero… están mucho majas también.

 

 

 

 

 

OTRA GENERACIÓN PASTORIL  

Otras pastoras tres o cuatro  años más tarde del inicio de la Cabalgata en el mismo escenario, la plaza. Se observa ya que aquí cada pastora va vestida a su aire. En la foto de las primeras pastoras  reinaba la ortodoxia en la indumentaria, en el ropaje. Parecían más pastoras, más creíbles. Además éstas últimas no le llevan ningún regalo al niño.

Son de izquierda a derecha: Elvira la de Felipe, Mª Jesús Zubiría, Mari Fe Martínez de Morentin, Pili Ochoa y Begoña González.

 

 

 

 

 

LOREN REY

Esto sí que es un Rey Mago, con su ropa de satén o raso, sus brillos, su capa ribeteada de piel y zacuto con regalos. Los bigotes ya no tiran para arriba, enlazan la poblada barba. Es Loren, Lorenzo Gambra Zubiría que con Gustavo y Luli se encargaron de revitalizar la Cabalgata. Nada que objetar a Fidel Zalduendo con cara de perfecto paje,  melena y frequillo incluido,  en magnífica concordancia con la majestuosidad del Rey. Estos Reyes llevaban hasta pajecillos de segunda categoría: ahí está el hijo del Porro que en segundo plano nos mira desde el centro de la foto. Estos Reyes nos echaron la papelera y en esa bolsa blanca llevaban el anticipo: rollos de papel.

 

 

 

 

UN CUADRO BARROCO

No sé dónde se subiría  Joaquín para sacar esta foto, posiblemente a casa de su hermana Alicia, pero consiguió un picado perfecto y dos planos: el portal y la gente. San José mira arrebolado a la Virgen,  las pastoras, ya con aportación masculina, parecen  de  la generación que ha nacido cansada, les ponen asientos  y hasta el pastor de la vara parece que está pescando.

Hay un cierto desorden, los cantores  y guitarristas, entre los que destaca Romualdo, intentan abrirse paso hasta el portal. Seguro que uno de los guitarristas era Miguelico. Se reconoce a mucha gente pero yo destaco a la Rosa del Roso, a la izquierda. Me recuerda a una figura de esos cuadros famosos tipo El entierro del Conde Orgaz de El  Greco o La Escuela de Atenas de Rafael en que hay un personaje que vuelve la cabeza  y mira al espectador. Esta foto tiene mucho de cuadro barroco. Y el tractor, la verdad, es como que no pega. Ni siquiera va revestido.

Un año hice yo de Virgen pero algo le pasaría a Joaquín y no sacó fotos,  por tanto  no lo puedo demostrar. Entre otras cosas para eso sirven las fotos, para demostrar algo que ocurrió. No sé quién es la Virgen en esta ocasión, pero la verdad es que el portal está poco currado: unas pacas de paja y unas ramas y no hay ni burro. Ahora bien, la foto es magnífica y muy representativa.

 

 

Esther Zubiría

Mayo 2013