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ÁNGEL GARRAZA, escultor

Ángel José Garraza  Salanueva, conocido  como “Gordito”, apodo heredado de su padre, nace en Allo en 1950. El apodo común no responde a características físicas, como todos sabemos. Por lo menos Ángel ha sido y es un buen mozo. Debió ser su padre de chico el que se lo ganó  y luego Ángel aceptó porque, como le dijo su madre en una ocasión en que se quejaba de que en la escuela le llamaban así, “es mejor este nombre, hijo, porque te pueden inventar otro peor”. Y así se quedó, larguirucho pero “Gordito”. Posteriormente y amicalmente, respondía  al sintetizado “Gordi”.

Hace muchos años que es  escultor famoso en el mundo del arte pero para nosotros siempre será “Gordito”, hijo único de José Garraza  y Elena Salanueva.

De chico ya tenía cara de formal. Esta foto incluida en “Por los entresijos de la memoria” ( COMEDIAS V)  nos lo muestra como era: nada de gordito, ojos observadores e interrogadores y  postura sin aspavientos. Destaca de los que le rodean por esa especie de formalidad, de autocontrol, de no dejarse llevar por lo que se lleva.

Dicen sus amigos que de chico era muy majo y que dibujaba “de puta madre”. También cantaba y tocaba la guitarra. Salía a cantar de voluntario en las comedias de la plaza, a cantar por afición y lo hacía mucho mejor que los artistas copleros del espectáculo. Famosa canción que la bordaba… “Esperanza , cha, cha, cha”.

Al acabar la escuela ( entonces la enseñanza obligatoria terminaba a los 12 años) empezó a trabajar en la carpintería de Félix Amézqueta. Se le recuerda vestido con un mono de tirantes y haciendo sus “pinitos” con la madera. Visitaba la fragua de mi padre como complemento  a su nuevo oficio  y me cuenta cómo le apreciaba porque veía en él interés y ganas de aprender. Le creo, ya lo creo que le creo. No hay cosa más agradecida para quien  enseña que encontrar a alguien con sed de aprender. Y Ángel la tenía. 

Su destino natural hubiese sido ser agricultor como su padre, su abuelo y como el 99% de Allo. Nació en el momento oportuno porque la adolescencia le llegó, como a muchos otros contemporáneos suyos, en unos años en que marchar del pueblo para hacer algo distinto era posible sin grandes aventuras y traumas. Eran los años 60, los años del desarrollo, los años del éxodo rural en que mucha gente se “iba a vivir a Pamplona”.

Fue su madre, Elena, la que en un acto de intuición y generosidad maternal, y más siendo hijo único,  le empujó a marchar a  Pamplona a los 14 años a estudiar música, a ser músico.  Ese fue su primer impulso artístico, aquel que era más visible y patente. ¿Qué cantaba?: Jotas navarras, reválida para cualquier cantador navarro. Incluso ganó concursos de jotas que organizaba don Goyo en Radio Requeté. En Pamplona también trabajaba en una carpintería y aquí siguió “tocando” la madera y se supone que continuó experimentando  su olor, su color y su textura. Simultáneamente iba al conservatorio, a academias a mejorar el dibujo…Buscaba una salida laboral, quizá delineación, algo de artes plásticas…

Por eso aterriza en la Escuela de Artes y Oficios de Pamplona. La palabra lo dice: era el lugar donde acudirían las personas buscando un oficio con el que ganarse la vida pero utilizando esa chispa interior, esa necesidad de expresar algo a través de algo que caracteriza a las personas con tendencias artísticas.

Aquí practica lo que se practica en una escuela: destrezas, en este caso para   dibujar y pintar. En un viaje a París, organizado por el propio centro escolar, se cae del caballo, como San Pablo, y descubre la escultura. Este fue su punto de inflexión. Su particular “hasta aquí” y “a partir de aquí”.

Decide estudiar Bellas Artes en Bilbao, carrera antes y ahora de futuro incierto. No olvidemos que el arte no es necesario para comer, es un “a más a más” porque, en general, tienen que estar cubiertos otros apetitos y necesidades más imprescindibles antes que comprar “arte”. Aunque de esta incerteza hoy no se salva ninguna carrera. 

 Pronto destaca en Bilbao y conoce y es conocido por  escultores como Oteiza y Chillida. Un chico de Allo que vivía en la carretera de Arróniz, sobrino de Sagol y de “Revuelto”, nada menos que codeándose con estos innovadores de la escultura española (y vasca, por supuesto). Lógicamente sus primeras obras guardan un parentesco con ellos. Es su fase de aprendizaje y de encontrar su propio camino.

¿Y qué hace Ángel para que se fijen en él? Pues hace esculturas de piedra, de hierro, de madera…pero no como cualquiera sino con un toque personal. Utiliza piedra, metal y maderas ( roble, castaño, cerezo cortado por su padre en los campos de Allo…) que los trabaja como un artesano y los combina excluyendo toda noción de jerarquía. Ningún material es más importante que otro. Sus formas, difíciles de entender para ojos  poco acostumbrados  a ir más allá de lo que alcanza la vista. 

Pretende representar nada menos que el vacío, el vacío de la escultura, su espacio interno. El vacío es la escultura. ¡Qué complicado y qué raro!. ¡Con lo fácil que sería hacer un caballo y hasta un burro con hombre de piernas colgando! Pues no y no porque no lo sepa hacer ( ya sabemos que dibujaba “de puta madre”). Prefiere orientar sus pasos por caminos menos trillados y experimentar. Ello le enlaza con  los logros de la escultura moderna, le enlaza con los grandes escultores del siglo XX y le enlaza con los movimientos artísticos más vanguardistas.

Ese afán tan temprano por experimentar, por no quedarse parado, le hace descubrir pronto la cerámica como medio de expresión. 

Ya hacia 1980 va incorporando la cerámica en sus obras, cada vez el barro va teniendo más protagonismo. Y resulta que después de tantas vueltas acaba trabajando la tierra y encima con las  manos. Pero ¡qué tierra y qué manos! Sus materiales provienen de la naturaleza pero en sus manos se transforman, son otra cosa sin dejar de ser lo que fueron. Ángel experimenta y aprende. Acude allí donde puede aprender (Sargadelos en Galicia, ceramistas catalanes…) pero sobre todo investiga, explora nuevas técnicas de cocción y experimenta el potencial expresivo de los materiales. 

La cerámica está hecha de barro, de arcilla, de distintos tipos de barros y arcillas. Tendrán, pues, distintos colores (vista), distintos olores (olfato) y, al final, distintas texturas (tacto). Es la materia, el medio de expresión. Luego está la capacidad para transformar las ideas en formas utilizando esa materia.

Podríamos decir que ha ido del mototo al barro ( tierra y agua) y del barro a la cerámica( tierra, agua y fuego). Y falta el aire o soplo  para que prenda la llama y el soplo mental para crear y dirigir el proceso. Tierra, agua, fuego y aire, los cuatro  elementos clásicos de la naturaleza, los cuatro estados de la materia, aquellos sobre los que reflexionaron  los filósofos griegos, padres de nuestra cultura.

Ángel es un experimentador de la materia, les insufla vida. Para él más que la obra en sí le emociona, le cautiva el proceso de su creación. Es un reto consigo mismo como “el tío que se plantea subir al pico más alto del mundo”, según dice él. Subir por subir, crear por crear. 

Un artista es un artista, aquella persona que ve lo que los demás no vemos, aquella persona que sabe expresar, en este caso  a través de un medio material, lo que siente y  nos enseña  que también nosotros lo sentimos o podemos sentirlo o nos lo hace sentir. Y Ángel era y es un artista. Un artista actual, del siglo XX-XXI y por tanto hijo de su tiempo artístico. Quiero decir con esto que la forma de expresarse no puede responder a lo que tradicionalmente la gente ha entendido como arte, que en resumen es el arte greco-romano, el considerado arte clásico, aquel cuya esencia fundamental es imitar la realidad. 

Le llamamos Clásico porque es la base de nuestra cultura, de la que hemos partido y que a lo largo de 2500 años no hemos hecho más que dar vueltas a su alrededor, unas veces copiándolo  y  otras retorciéndolo en un vaivén   de ida y vuelta  pero siempre como modelo  a partir del cual se representaba artísticamente la realidad de cada época.

En general, se consideraba un buen cuadro o una buena escultura  a aquella que mejor imitaba o embellecía la realidad que nos rodea. “Parece de verdad”, dice la gente y esta simple frase parece que indica garantía de calidad. Pues no. No confundamos un buen artesano con un artista.

 

Los avances técnicos y científicos a partir del siglo XIX nos descubren otras realidades no visibles a través de los ojos, realidades materiales, realidades  sociales y realidades individuales. La técnica hace que todo se mueva, lo material y lo social y el artista lo refleja y como ve más allá, se adelanta.

A partir del descubrimiento de la fotografía, que es la copia más fiel de lo real, el artista buscará representar otras realidades muchas veces no visibles con los ojos físicos sino con los ojos mentales. La ciencia acompaña y nos demuestra esas nuevas realidades, nos abre esos nuevos caminos. La consecuencia serán los avances técnicos que no los comprendemos pero los usamos. Pero el arte es otra cosa. Aquí las novedades son costosas de aceptar porque son difíciles de entender. Y entonces surge el problema de divorcio entre el arte moderno y sus contemporáneos: ¿Eso es arte? Eso lo hace cualquiera. Pues no, no lo hace cualquiera.

 La obra de  Ángel aúna dos aspectos: su racionalidad, su capacidad para estructurar los componentes de una escultura y su sensibilidad, su personal intuición en el tratamiento de los materiales. Aúna cabeza y corazón. En síntesis, destaca  su capacidad de crear, de dar forma a lo que bulle en su cabeza y de hacerlo con el sentimiento y con la razón.

Luego, la obra, el resultado, queda libre para “darnos miles de lecturas”, como dice él. La intención y el autor es uno pero la interpretación es tan múltiple y variada como ojos que la ven  y la sienten. 

Por eso, muchas veces sus obras no tienen título. Que cada cual se lo ponga. Y qué miedo nos da esa libertad. Nos deja en el aire, sin un fundamento que nos sostenga. Sin que nos digan qué tenemos que mirar y qué tenemos que ver.

La piedra y la madera se tallan, la cerámica se moldea. Las dos primeras tienen sus imperfecciones, la segunda sus imprevistos en el proceso de cocción. Ambas limitaciones son aprovechadas por nuestro artista para potenciar la capacidad expresiva de los materiales. Ángel es un escultor que utiliza la cerámica como materia de expresión y para ello hay que ser artista (escultor), dominar el  medio de comunicación (la cerámica) y controlar sus posibilidades (la técnica).

Antes que él artistas plásticos como Picasso y Miró, por citar los más conocidos, habían sido también atraídos por el poder creador del barro. 

La cerámica nació por necesidad, pero el ser humano, por lo que tenemos de humanos, resulta que “de la necesidad hace virtud”. En este caso la virtud consistió en que el barro se convirtió en un medio para expresar la individualidad de cada cual, sus habilidades técnicas (su maña), su capacidad de inventar, en suma… su capacidad de crear. Primero en recipientes de uso común, posteriormente en objetos creados por motivos estéticos, por lo que llamamos “amor al arte”.

Desde los primeros recipientes neolíticos de barro cocido (entre 10.000-5000 antes de Cristo) para guardar cereales, hasta las esculturas cerámicas de Ángel Garraza ha llovido mucho y ha hecho mucho barro. Es el primer material de la naturaleza con el que tenemos contacto. Es potente y dúctil. Por eso hemos hecho tanto mototo y  los que peinamos canas sabemos lo que es jugar en el barro con las cachuscas.

Cada uno es hijo de su tiempo y de su entorno. Ángel nació y vivió hasta la adolescencia en Allo, luego se afincó en Bilbao donde ha desarrollado su carrera artística. Se le considera escultor vasco y se le encuadra en la escuela vasca de escultura pero él no quiere encasillarse en ninguna escuela con apellido. Sin renunciar a sus orígenes, un entorno rural vivido en libertad y en contacto con la naturaleza, necesariamente se convierte en habitante urbano, viviendo en una zona de fuerte dinamismo y personalidad. Ambos orígenes forman parte de él y por tanto de su obra. Pero un artista transciende sus orígenes para ser universal y eso pretende ser Ángel, un artista universal. Un artista cuyo lenguaje sea entendido de manera ubicua e intemporal.

Es muy común en los artistas o bien no ser entendidos por sus coetáneos o más todavía no ser valorado por sus convecinos y más si se dedica a hacer cosas que se salen de la tradición. “Ya sabes, basta  que sea del pueblo para no darle importancia”, me dice su primo. Pues muy mal, seamos más modestos y declaremos nuestra ignorancia si no sabemos apreciarlo. Tendría que ser al contrario pero ya sabemos que es difícil ser profeta en tierra propia. 

Una obra de arte no tiene por qué gustar a todo el mundo, ni siquiera a la mayoría. Influyen muchos factores personales. Son muchos los artistas ninguneados en su tiempo y reconocidos con posterioridad, lo mismo que sus obras. Si muchos levantaran la cabeza…

Si hubiese nacido en la post o pre-guerra, como Miguel Montoya, hubiese sido un gran carpintero, un  artista de la madera porque contaba con capacidad técnica y capacidad creativa y ahí se hubiese quedado. Entonces habríamos pensado qué cosas hubiese podido hacer con una formación. Pudo ser eso, un gran artesano, pero ha tenido formación  y ha sido lo que es, un gran artista pero trabajando como un gran artesano, con las manos. Ahora bien, la inspiración y la habilidad no es gratis, se consigue a base de esfuerzo y trabajo, de hacer y deshacer, de reflexionar y aprender de la experiencia. Las esculturas de Ángel son vida esculpida a base de horas y horas de técnica, dedicación y amor al arte.

Es difícil sintetizar su obra. Sus objetivos, sus inquietudes han ido variando con el tiempo pero hay un hilo conductor que la une y la caracteriza: la representación de los opuestos, de la dualidad, ya sea a través de la contraposición de volúmenes y planos, ya sea a través  de los materiales, ya sea a través de las texturas, ya sea a través del color o la forma.

Esta reflexión sobre la dualidad es un reflejo de la realidad misma: lo masculino y lo femenino, lo colectivo y lo individual, lo interior y lo exterior, la luz y la oscuridad, lo lleno y el vacío, los recuerdos y el olvido, el dolor y el placer, la vida y la muerte, el tú y el yo…La vida es dualidad. Pero esta dualidad existencial no la presenta como confrontación  sino como aproximación de contrarios, como complementación porque forman parte de la esencia de una misma cosa. No hay una sin la otra. Ahí están el yin y el yang de los orientales. Principio dual muy presente en esa cultura y que nosotros los occidentales lo hemos reducido al bien y el mal, a Dios y el diablo, al cielo y la tierra. Es decir, a conceptos de origen religioso, además contrapuestos no complementarios.

De la obra de Ángel se deduce una meditación sobre las preocupaciones humanas: los sentimientos, el yo, el tú, la individualidad, el tiempo, la memoria, la vida, la muerte, la enfermedad, el dolor, las pasiones…y la naturaleza, la necesaria e ineludible relación del hombre con la naturaleza.

Años ha, siendo ya conocido y famoso, en el bar de Andrés, propiedad de su primo Pedro “Revuelto”, dio unos cursos de cerámica dirigidos a quien de Allo quisiera aprender. Fue bastante gente e hicieron sus “cosicas”. Todo un detalle.

Hizo una Fuente en  la Alameda de Allo, al lado de la Fuente tradicional. Tierra de agua la tituló. Airosa, estilizada y original. Ya la comentaremos. Es una obra pública como otras que tiene en otros sitios ganadas en concursos. Pero también hay mucha obra suya en Museos. Museos de todo el mundo. La lista es larga.

 Desde muy pronto realizó exposiciones individuales y colectivas. La primera individual en 1979 en la galería Aritza de Bilbao. Desde entonces ha participado en más de una veintena de exposiciones en solitario con nombres tan sugerentes como Emblemas; Luces, Sombras o Reflejos; Susurros; Mentiras; Las Estaciones de la Memoria; Recorriendo Recuerdos; Cosas y Causas; Interiores iluminados… A estas exposiciones individuales hay que sumar otras tantas colectivas.

Ha recibido numerosos premios, entre ellos el primer premio Ciudad de Valladolid en 1974 (con 24 años), la Medalla de Oro del concurso internacional de Cerámica de la ciudad italiana de Faenza en 1989 o el  premio concedido por el Museo Nacional de Historia de Taipei (Taiwan) en 1992. En 1997 ganó el concurso organizado en Bilbao Ria 2000 y la obra premiada, Sitios y Lugares, puede verse en el Paseo de la Memoria del Parque de Abandoibarra de Bilbao, al lado del Museo Guggenheim.

Ha expuesto en la mayoría de capitales españolas y en varios países europeos: Alemania, Francia, Finlandia, Italia, Portugal, Dinamarca, Holanda, Suiza, Bélgica y también en lugares como Tokio y Kyoto (Japón), Seúl (Corea) y Taipei (Taiwan)

Su obra se encuentra en numerosos museos internacionales  y en importantes colecciones públicas y privadas. Poseen obra suya el Museo de Arte Contemporáneo de Vitoria, el Museo de Cerámica de Barcelona, el Museo de Navarra, el Ayuntamiento de Pamplona, el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, entre otros.

Es miembro de la Academia Internacional de Cerámica, organismo consultivo de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura).

En fin, hay muchas más cosas que patentizan su reconocimiento artístico. Internet está lleno de ellas. Aquí resultaría demasiado pesado enumerarlas.

Entonces, ¿ha vivido del arte? Pues no exactamente. Desde los 26 años es profesor de la Facultad de Bellas Artes de Bilbao. Lógicamente en el Departamento de Escultura. Esto le ha permitido tener un sueldo seguro, mantener relaciones artísticas , despertar y proyectar capacidades entre los alumnos y sobre todo poder dedicarse a su pasión: la creación artística, seguir trabajando con mono y con las manos como empezó haciendolo en la carpintería de Amézqueta en Allo , allá por los años 1962-64. Sintetizando podríamos decir que es profesor, escultor y expositor.

Tiene dos hijos, los dos por el mundo artístico. Uno arquitecto, otro pintor, Kepa Garraza. Tiene éste ya algunas páginas en internet. Es un artista de figuras realistas pero no por ello fácil. Más bien al contrario. Igual que su padre innova, experimenta y rompe moldes. Pero...como su vida y su entorno ha discurrido por otros lares, ya no le llamarán Gordito.

La relación de Ángel con Allo ha sido frecuente mientras vivieron sus padres. Hoy perdido el cordón umbilical, es más escasa. Dicen quienes le conocen que es campechano, espontáneo y ágil mental. Doy fe de que hace cuarenta y tantos años que no nos vemos pero cuando hablé con él, hablé con Gordito. Otros dicen que ya no es el de antes. Pues claro, ninguno lo somos, todo es cuestión de apreciaciones, de diferenciar el fondo y la forma. Lo que sí está claro es que su nombre va unido al lugar de nacimiento y a él le debemos que el pueblo de Allo haya trascendido fronteras.

La información de la trayectoria profesional de Ángel la he sacado de un dossier de la Biblioteca de Allo hecho de recortes de periódico y folletos de exposiciones cuyo protagonista era Ángel Garraza, nacido en Allo (Navarra) en 1950. El dossier fue realizado por Maria Teresa Iragui mientras fue bibliotecaria. Otras cosas las he sacado de internet y otras me las ha dicho él. Y como siempre que hablamos de  personas ha dado su aprobación  para ser considerado PERSONA SINGULAR en nuestra web.

 A continuación veremos algunas de las obras de este contemporáneo de las COMEDIAS Y VARIETÉS.

Tengo que aclarar que la interpretación de las obras  es propia y particular. Quiero decir con ello que yo escribo lo que me han sugerido, que no quiere decir que sea así ni que esa haya sido la intención del autor. Cada cual es libre de interpretar lo que le de la gana  o de no interpretar. De gustar o no gustar. Y aclarar finalmente que la única obra  de Ángel que he visto en directo es la fuente que hizo en Allo y las lápidas de sus padres. El resto sólo las he visto en  fotografías, lo cual es una limitación para apreciarlas en su totalidad.

 

De  las obras de Ángel en Allo comentaremos la Fuente y las lápidas de sus padres

 

MONTAJE DE LA FUENTE “TIERRA DE AGUA”

En proceso de ser algo. De momento dos columnas y arriba en el andamio un señor con barba y vaqueros nos sonríe. Hay que controlar todo, desde la idea a su plasmación práctica. Lo que no se puede controlar es su mantenimiento posterior. Eso pasa con las obras públicas con cierta delicadeza como ésta que está montando Ángel en la Alameda de su pueblo, enfrente del Piricucho de la Fuente. Será otra fuente distinta en una época diferente. No necesita chorros, sólo la vamos a contemplar. 

Pero la Fuente de Allo ha sido algo más que proveedora de agua dura y fresca. Ha sido lugar de reunión, ocasión de ligue y confidencias y como dice Miguel Montoya “nuestros padres…con el murmullo del agua empezaron a quererse”. Pues a los pies de esta nueva Fuente nuestros hijos seguro que también empezaron a quererse o siguieron queriéndose. Me dicen que ya los jóvenes no escalan el Piricucho ni bajan a beber agua. La cerveza sabe mejor. Pues nada, esta fuente será contemporánea de la cerveza en vaso de plástico, no del botijo de agua. A nuevos tiempos, nuevos símbolos.

 

 

LAS DOS FUENTES

Aquí las tenemos, ambas dos. La Fuente y su sombra dejan espacio para contemplar la otra fuente, que no tiene Piricucho ni caños de agua. No necesitamos ir a por agua, ya cae del grifo. 

Ángel la creó con una función simbólica y lúdica. Simbólica porque la tituló “Tierra de agua” en  homenaje a su pueblo. Y lúdica porque la ideó como tal, tanto por su ubicación como por su posibilidad de jugar en su interior a pasar entre dos  cortinas de agua  “sin mojarse”.

“Tierra de agua”. Sí, Allo es tierra de agua y sobre todo lo fue. Hoy hasta a nosotros nos alcanza la desertización. En Allo había muchos pozos sobre todo por la zona baja, la de la carretera por donde también nos llegaba el agua de Montejurra. Agua por debajo y agua por arriba. No tenemos rio pero tenemos regadíos. El rio queda lejos del casco urbano pero el campo de Allo está salpicado de regadíos en sitios insospechados. ¿Qué quiere esto decir? Pues que hay muchas vetas de agua subterránea. Antes el que tenía un pozo tenía un tesoro. Hoy los tesoros, de momento, tienen forma de euro. Y el agua subterránea actualmente está bastante tacaña. Y el agua que puntualmente nos regalaba generosamente Montejurra, agua salvaje y brava, a Dios gracias, se la ha domesticado. Ya dedicaremos algún reportaje específico al agua, a su poder de inspiración, a su poder de creación y a su poder de destrucción.

 

 FUENTE Y  NIÑA

 Irache Iduriaga, ataviada para fiestas, nos mira sonriente entre las dos columnas. Como si estuviese jugando a pillar o al cu-cú y se le hubiese descubierto. Seguro que ha dado muchas vueltas a su alrededor y hasta es posible que las haya abrazado. Ella siempre las ha conocido. Ya estaban cuando nació, lo mismo que ya estaba la Fuente del Piricucho cuando nacimos los demás. 

En esta foto puede apreciarse la textura exterior de la cerámica, rugosa, con pliegues, con arrugas, con huellas de dedos y manos. Trabajada,  como la tierra a la que quiere representar. Podemos observar la contraposición de los elementos en el color y en el tamaño. El color tierra y el color gris antracita, colores no uniformes, desgastados por el tiempo y por el roce. Una vez salidos del horno reviven con vida propia. Las piezas, los fragmentos de cerámica acoplados son rectángulos de dos tamaños  que se complementan enfrentados en el color.

Las columnas sin capitel, sin cabeza, se miran. Se miran porque por el interior el agua las ha separado. El agua se amolda como una segunda piel, se adapta a la superficie y a la vez la redondea, la suaviza, la moldea, la erosiona, la desgasta. Cae en desnivel, como una cascada y en su trabajo incesante crea otra realidad, otras formas, otros colores. Por eso su textura interior es suave, sinuosa, aterciopelada. Cuando funcionaba el mecanismo,  por la noche se iluminaba y desprendía una luz azulada, un tanto irreal, un haz de luz ascendente como si a la tierra se le hubiese partido en dos de un tajo y nos enseñase el cielo en plena noche. El interior de esta fuente es mágico y majico.

 

TORRE

Algunos le llaman torre porque hay que mirar para arriba y es alta. No es propiamente una torre porque en su interior no hay espacios utilizables, porque no es un edificio. La única utilidad es lúdica, es para jugar, para contemplar, para transmitir sensaciones y emociones.

Por la cara que  vemos en esta foto, una columna de seis rectángulos grises y cinco color tierra se corresponden con seis rectángulos tierra y cinco grises de su hermana gemela. Por la otra cara invertimos el ritmo del color, de manera que todas las piezas se complementan y aunque diferentes en el aspecto externo, en el fondo son iguales. Están formadas por las mismas piezas puestas en distinto orden. Como todos, hechos con los mismos materiales aunque por fuera nos presentemos con caras distintas y el agua de la vida nos haya modelado y diferenciado.

El agua tiene un gran poder creador pero también destructor. Ha habido Torres del agua en ríos y ciudades para controlarla. Torres más o menos artísticas. En los últimos tiempos nos suena la Torre del Agua de la Exposición de Zaragoza. Tiene forma de gota y una piel cambiante, en función del color del cielo ya que, como el agua, que es  transparente, refleja lo que ve.  Otra torre famosa es la Torre Agbar de  Aguas de Barcelona. Lo mismo, icono vertical y homenaje al agua. Como toda novedad, polémica en su momento, hoy se ha convertido en un referente más de la ciudad. Lo mismo pasará con nuestra fuente Tierra de agua. Hace falta que se la mantenga, el corazón es delicado.

Se instaló en 1994, el mismo año en que se construyó el bar de Los Jubilados y se remodeló la Alameda. Era alcalde Mikel Malangré. El precio que se pagó, según Ángel, fue razonable. Fue subvencionada en su mayor parte por la Mancomunidad de Aguas de Montejurra  dentro de un proyecto  de financiar iniciativas artísticas a petición de los Ayuntamientos de la merindad. Últimamente en los jardines del edificio de la Mancomunidad  en Estella el escultor estellés, Carlos Ciriza, ha realizado una escultura con su particular homenaje al agua. Es diferente a la de Ángel. Más del estilo de las que éste hacía en un principio. Su interior  simula una gota de agua y también es azul.

 El Ayuntamiento de Allo completó el gasto y costeó la infraestructura  de la fuente  (transporte, colocación y adecuación del espacio). Ahora hace falta que se la mantenga.

 

Aquí la tenemos en todo su esplendor. Como fue y como debería de ser. Su figura se recorta en el azul del cielo y la luz artificial la baña de luces y sombras. Una fotografía dominada por el amarillo y el azul. Esos árboles jóvenes y dubitativos competirán con ella, son de la misma edad, son contemporáneos pero la fuente nació ya crecida como la tierra a la que representa. Hoy extienden su sombra pero no la tapan.

En este enlace sobre el currículum profesional de Ángel aparece en la cuarta hoja, en Colecciones   y Museos. Nos la encontramos al final junto con otras obras públicas, que comentaremos, en Güeñes y Bilbao y junto a otras en sitios tan lejanos como Corea y China. La identifican como Plaza de la Fuente. ALLO. Navarra. Nosotros a la Alameda no la conocemos como plaza pero ejerce sus mismas funciones, sobre todo las lúdicas. Es nuestro escaparate al exterior, lo que queda en la retina de la gente cuando pasa por Allo. Su imagen. Aquí se juntan el pasado y el presente: la Fuente del Piricucho con su Bajadica al Hoyo y la Fuente “Tierra de agua” eco de rocks y jotas. Se ha integrado ya en el paisaje. Si la quitarían se notaría su ausencia. 

Ahora bien, si por la noche se iluminase y la luz y el agua discurriesen por su interior se haría más patente cómo su luz compite con la luz de la luna y su azul, con el azul del cielo. Ya no nos acordamos cómo fue pero esta fotografía nos refresca la memoria y podemos observar en ella todas las características que hemos ido desgranando en estos comentarios homenaje a esta obra que, sin ser conscientes de ello, nos hermana a otros sitios y lugares donde Ángel ha ganado concursos o vendido esculturas. Aquí no ha ganado ningún concurso, no podemos competir en este campo, pero no hay nada ni nadie en  Allo capaz de hacernos más universales que esta Fuente de Allo, hecha por un hijo del pueblo y en homenaje a su pueblo. No necesitaba hacerla para ser lo que es. No hay más que mirar su currículum. La obra que la marca de coches Hyundai tiene en Corea no ha tenido difusión. Según Ángel,  a él le gustaba mucho pero  se la compraron rápidamente en una exposición. No tienen fama de tontos los coreanos pero en Allo sí que muchas veces se habla “a lo tonto” y precisamente a los pies y alrededores de esta Fuente. Un poco más de altura de miras y orgullo RAZONABLE de lo que se es y se tiene es lo que nos falta. Y para finalizar, no estaría de más poner un letrero indicativo, como acertadamente han puesto por otras partes de Allo, donde se manifestase más o menos lo siguiente:

1994. Fuente “Tierra de Agua”.

Ángel Garraza, ALLO 1950

Y, como podéis comprender, no me mueve ningún interés personal, sólo interés colectivo. Me parece que este interés es patente a través de lo que escribo en esta página en la que espero seguir escribiendo y seguir valorando aquello que hemos sido y tenido en el pasado y en el presente, dentro de mis posibilidades.

A continuación podemos deducir en este vídeo de Montse cómo  esos críos que juegan alrededor de la Fuente “Tierra de agua” habrían aprendido a pasar sin mojarse si por su interior discurriese el agua y cómo en alguna ocasión se habrían mojado intencionadamente ante el aspaviento de sus madres y el disfrute de ellos.

 

JOSÉ GARRAZA

“Hazme una cruz sencilla, carpintero”, pedía León Felipe en una poesía. “Hazme una lápida sencilla, hijo”, parece que hubiese dicho  “Gordito”. Y sencilla se la hizo. Sencilla de apariencia. Las cosas que hace Ángel parecen sencillas pero detrás hay todo un concepto y una maestría técnica. Estamos más acostumbrados al recargamiento, a los dorados, a las florituras, a la grandeur. Pues sí que ha discurrido, dirá la gente, total un trozo de barro con un caracol en el centro. Un caracol que partiendo de linea recta se adentra en progresiva profundidad, una espiral, un tornado, una galaxia, una vida, un agujero negro, una escalera de caracol sólo de bajada… y ese JOSÉ GARRAZA hecho con el dedo, con garra, con energía. No se caerán ni borrarán las letras, no hace falta sacarle brillo. Según la Biblia Dios hizo al hombre de barro y le insufló vida, le sopló. Del barro venimos y en barro nos convertimos, no en mármol. Una lectura posible.

 

ELENA SALANUEVA

Sin fechas. Lo primero que llama la atención. ¿Se le olvidó? Quiá. No ha muerto, para el autor de esta lápida es eterna. Le dio la vida física y siguió sus pasos. Sencilla como su nombre en la lápida. Su recuerdo son huellas en forma de surcos, de espirales envolventes, de abrazos cariñosos por dentro y por fuera. Ojos, hojas, orejas, útero, lágrimas, labios…Suavidad en las formas. Distintas profundidades. Contrastes de color y de texturas  pero sobre todo resplandeciente, como un sol. Tengo la impresión de que si Ángel hubiese tenido una hija, ya tenía el nombre.

 

Destaco dos obras públicas y otras de otro tipo procedentes de exposiciones que estarán en manos privadas.

 

 

SITIOS LUGARES

En algunos sitios y en algunos lugares como en el norte de Navarra y el País Vasco se utilizaba un utensilio para ordeñar las vacas y las ovejas, lo que nosotros llamábamos  muir. Este utensilio se llama KAIKU. Es lo que tenemos aquí representado: dos KAIKUS. Uno recostado sobre el otro. Uno de pie y el otro sin acabar de rodar hasta su tope. Uno gris humo y otro, teja tierra.

Los kaikus eran de madera generalmente de abedul de una sola pieza, de forma troncocónica, por tanto la boca o parte superior es más abierta que su base  pero además   tiene  el eje inclinado para facilitar el ordeño. Elegantes curvas y un asa completan su forma.

Además del ordeño también se empleaba para hacer cuajada ( más pequeños) y para calentar la leche introduciendo piedras rusientes. Esta práctica es ancestral en muchos pueblos cuando se desconocía la técnica de la cerámica resistente al fuego. En los pastores de nuestras tierras cumplía esta doble función, ordeñar y calentar, teniendo en cuenta que el material estaba al alcance de la mano y que la cerámica se rompe y el metal es pesado. 

Había todo un ritual para hacerlos de acuerdo a la época de corte y las fases de la luna porque si no se rajaban o apolillaban. Y tiempo, todo el tiempo de un pastor para vaciar la madera y hacer éste y otros utensilios de menaje como cucharas, tenedores, platos, zuecos...

El Kaiku es pues un utensilio milenario de larga vivencia. Hoy reducido a los pocos artesanos que lo siguen haciendo pero ya en plan adorno. Como los Kaikus de Ángel. Adorno en el Paseo de la Memoria que forma parte de la regeneración urbanística de la zona de Abandoibarra. Había sido la zona industrial por excelencia de Bilbao. Abandonada en el recuerdo esta actividad, hoy es el símbolo de la transformación de la ciudad donde se han construido los edificios más vanguardistas y modernos como el Museo Guggenheim.

En dicho paseo , junto a otras esculturas  que recuerdan otros aspectos del pasado, los KAIKUS  de Ángel de 100 toneladas de peso, de hormigón alicatado con baldosines cerámicos resultan familiares. Es un recuerdo a recordar, forman parte de la memoria y la añoranza.

 Los baldosines de cerámica vistos de lejos parecen  hexágonos regulares continuos. También un panal de miel está constituida por hexágonos. Dicen los matemáticos que es la forma más perfecta para almacenar mayor cantidad de miel ahorrando al máximo la producción de cera y que además es una de las formas más perfectas para la construcción por su capacidad de resistencia. Diríamos que las abejas son muy listas. Pues resulta que no son hexágonos sino círculos. Debe ser impresión óptica. Pues sí, es una impresión óptica premeditada por el autor.

Ésta es, pues, la piel que cubre los KAIKUS de Gordito.  Yo creo que el color no es aleatorio. A mi el oscuro me recuerda al humo del Bilbao industrial y el anaranjado al color de la tierra. Son dos contrastes de color que con anterioridad también había utilizado en la fuente Tierra de Agua de Allo.

El color es luz, es belleza, es armonía y delicia para los ojos. Hay muchas teorías sobre los colores y su efecto en el espectador. Dicen que el naranja es entusiasmo, ardor, euforia. Y también dicen que el gris simboliza neutralidad, sugiere tristeza y es una fusión de alegrías y penas. Estos fueron los colores que eligió Ángel y que seguro que junto a la forma y la idea fueron los determinantes para recibir en 1997  el premio de enriquecer el nuevo espacio dedicado a la Memoria. Enlazan con el entorno físico y enlazan con el entorno antropológico. Son contundentes como el pasado y el presente, uno oscuro quizá simbolizando el pasado y otro alegre y esperanzador. Es una escultura que, desde 2003 en que se inaugura el Paseo, ha echado raices en el sitio y lugar donde está, ha sido adoptada por la gente, ha conformado un espacio y es habitual que sirva de fondo de fotografías  de turistas y visitantes varios.

Ahí están los KAIKUS y también los vemos desde distintos puntos de vista. De todas formas, en internet hay bastantes vídeos de la zona en la que destacan por su color y contundencia.

SI LEVANTARA LA CABEZA...

Si tu padre levantara la cabeza... dijo en una ocasión Elena, su madre, a raíz de algún éxito de Ángel. Levantar la cabeza es una cosa pero puesto así, en condicional: Si levantara...es otra. Significa que ya no la puede levantar, que la ha perdido, que ha muerto.

Esta frase le inspiró a Ángel esta escultura y toda una serie de obras  con ese título. Esta que vemos aquí es un homenaje a su padre. Es una escultura estilizada formada por una espiral que va de abajo a arriba creando un volumen progresivamente decreciente. Se aguanta sobre un trípode de tres cabezas y está rematada por otra cabeza.

Es toda una vida formada por surcos, por renques, por lomas de espárragos. También por esas capas de cebolla vivenciales que se nos van agregando a lo largo de nuestra existencia. Las tres cabezas sobre las que descansa son los antepasados, las raices, los fundamentos, el origen, de donde ha brotado ese ser que finalmente levanta orgulloso y altivo la cabeza.  Surge de la tierra pero su mirada apunta ya a lo alto. La vida ya está hecha. Aquí queda su recuerdo, su memoria.

Hizo unas cuantas réplicas con variaciones. Las primeras fueron de cerámica. La primera y más pequeña que vemos aquí está hecha en aluminio en 2003, se encuentra en Eibar en una empresa de fundición. 

La segunda escultura de bronce fundido patinado en verde, de cinco metros y medio de altura y una tonelada de peso se encuentra en el municipio de GÜEÑES (Vizcaya), en un parque llamado  ARENATZarte. Es un espacio natural  de árboles milenarios re-creado en 2007 como  espacio donde convivan el  arte y la naturaleza sin que lo artístico y artificial  transgreda la estética de la propia naturaleza.

Si levantara la cabeza de Ángel Garraza se encuentra a los pies de un estanque. Su color verde, a juego con la naturaleza que lo rodea, se refleja en el agua y multiplica su presencia. Es una versión distinta formada por aros y coronada por la cabeza de su padre fusionada con la de su hijo pequeño. Naturaleza humana lleva como subtítulo en un juego de palabras  en que la naturaleza en la que vivimos y de la que vivimos nos absorve y nos conforma y al revés,  a lo largo de la vida la absorvemos y la conformamos. La fusión, la simbiosis del hombre con la naturaleza nos equilibra. Su divorcio nos destruye. En esta escultura no sólo la forma alcanza esa interrelación activa de la obra humana con la naturaleza que la circunda, también el fondo, el significado...el trabajo de y en la tierra de su padre.

Si “Gordito”padre levantara la cabeza...

 

VENTANA

1980. Madera y cerámica. De los primeros tiempos, cuando combinaba materiales y su objetivo era representar el espacio: ventana de cerámica sobre un pedestal de madera. Al ser la foto en blanco y negro no podemos apreciar los contrastes de color pero sí su geometría, sus luces y sus sombras. Es una escultura de bulto redondo, es decir que podemos darle la vuelta y mirarla desde todos los ángulos y posiblemente nos encontraremos con perspectivas simétricas.

Las ventanas sirven para ver el exterior, para ventilar, que entre aire fresco, y para iluminar. Debe ser un símbolo de nuestras ventanas mentales que no terminan de ser diáfanas, siempre hay algún elemento que nos condiciona la visión, ventilación e iluminación. Quizá nuestros prejuicios. En esta ventana serían rígidos, geométricos, poco maleables y muy estructurados. La base de madera, naturaleza viva, aguanta la ventana de cerámica, naturaleza domesticada.

 

PAREJA

¡Qué colores más bonitos! Aunque por el color podría ser una pareja de la Guardia Civil, yo la veo como la pareja por excelencia: la de un hombre y una mujer. Esta obra pertenece a una serie titulada HENDIDURAS  de 1998. Pareja son dos porque si son tres ya es un trío. En toda pareja hay algo en común, algo que une y también algo que separa. No es una fusión, son dos individualidades que mantienen una complementariedad o semejanza. En toda pareja, sea del tipo que sea, siempre hay una hendidura, una abertura, un corte, una grieta , un intersticio, un resquicio o una incisión más o menos profunda que no llega a dividir pero que permite mantener la diferencia, la individualidad. 

Esta pareja de Ángel se mantiene en contacto, se fusionan las bases, forman una unidad pero no se miran de frente ni están paralelas y dentro de un  color común mantiene cada una sus propias tonalidades. Se miran de igual a igual pero no enfrentadas.  No vemos los ojos con los ojos físicos, no hace falta, para algo tenemos  los ojos mentales.

Cosa curiosa, la hendidura tiene forma de punta de flecha. Si no fuese por la forma de la cabeza a modo de chapela tendría punta de espada, la espada de Damocles que pende sobre toda relación. Pero seamos optimistas y relacionemos la flecha con Cupido. Es un personaje más simpático  que Damocles. Bastante cuesta en estos tiempos mantener la unidad porque siempre pende sobre nosotros  su famosa  espada.

 

 

 

Un breve paseo por otras obras de Ángel.

 

UN BREVE PASEO

Aunque Ángel al marchar a Pamplona buscaba una ocupación distinta a trabajar en el campo, sin embargo sigue unido a él a través de los terrones de tierra que moldea con las manos y que convierte en formas diversas y variadas. Estos son algunos de los múltiples ejemplos que han salido de su cabeza y de su horno. Forman parte de distintas exposiciones y forman parte de su objetivo de extraer al máximo la capacidad expresiva de la materia de la que parte: el barro, la arcilla. De experimentar con las formas y los colores   por medio de distintas técnicas de cocción. Vemos también la representación de los opuestos, de la dualidad a través del color, que potencia las formas, y también a través de la colocación.

No sólo tiene esculturas de este tipo que llamaríamos de bulto redondo, también tiene otras con función de cuadro o plafones cerámicos a modo de murales para recubrir arquitecturas. Embellecer el entorno, disfrutar de la belleza de las formas, esa es la función.       

 

También desde formas que sugieren objetos cotidianos articulados por parejas nos llega esa reflexión sobre los opuestos , los contrarios  pero siempre tocándose, encontrándose , no enfrentándose.

Hay otras como la de la derecha   en que lo masculino y lo femenino está claro. Se puede adivinar su suavidad y textura.

Si las anteriores eran de una pieza , en las que vienen a continuación  nos encontramos con el fragmento, con el trozo, con el cacho. La necesidad de cocer al horno obliga a veces a cortar el material para encajarlo. El fragmento pues tiene vida propia pero tiene sentido cuando se une al resto porque forma parte de una unidad. Algo así como el individuo y la sociedad. Dialéctica pura.

 

 

Estas piezas forman parte de la serie Si levantara la cabeza. Esas nervaduras, esa materia gris y blanca, esos ríos de lava, ese laberinto, esas piezas encajadas  representan el cerebro. Pieza única y delicada que con el paso de los años se deteriora y pierde una de sus funciones principales como es RECORDAR. Quien pierde la memoria, pierde su identidad. La experiencia de Ángel con su  madre, enferma de Alzheimer, le sugirió reflexiones sobre la memoria y los recuerdos. Recorriendo Recuerdos, titula una de sus series.

 

Finalmente, y para no resultar pesada en extremo, un ejemplo de una pieza de una serie de los últimos tiempos: Interiores Iluminados:

 

Interiores del alma a los que se llega a través de la luz que vuelve a entrar en las obras. Una poca luz, un reflejo de su interior porque todos sabemos que tenemos zonas oscuras incluso para nosotros mismos. Luces agradables, recuerdos gratos. Las mesas sobre las que descansan estas “almas” también las ha hecho Ángel. ¡Qué magnífico carpintero hubiese sido! ¡¡¡TAMBIÉN!!!.

 

Aquí van otras obras para contemplar y que cada cual las interprete si quiere.

Cosas y causas . Musée Languedocien. Montpellier (Francia). 2008.

Hay muchas cosas en nuestros cerebros ( vivencias, sentimientos, recuerdos...). Algunas las compartimos pero cada cual le da su sello particular. Se parecen pero no son iguales. Otras difieren. 

¿Cuántas caras tenemos?

 

Invierno, primavera, verano y otoño 

8 piezas de 3’80 metros de altura. 2011. Lectura en vertical, lectura por estaciones climáticas o por estaciones de la vida.

 

Exposición  en el Museo Barjola , Gijón. 1995

Magnífico escenario. Fusión histórica.

 

Y llegados a este punto, creo yo que ahora miraremos la fuente Tierra de Agua de la Alameda de Allo de otra manera. Ahora bien, es imprescindible que el agua y la luz nocturna vuelvan a funcionar y tengan un mantenimiento. Y a ver si nos sentimos orgullosos de tener una obra del escultor y ceramista  Ángel Garraza, familiarmente para nosotros “Gordito”, nacido en Allo en 1950. Si este trabajo ha servido para conocerlo mejor, ese era el objetivo.

 

Esther Zubiría

Septiembre 2012

HERALDO DE ARAGÓN, 10 de noviembre 2012

 

ESTA ES LA RUEDA DE PRENSA QUE DIO

 ÁNGEL Y QUE  MONTSE YA

 HABÍA LOCALIZADO

 

EN EL TALLER ESCUELA DE MUEL

Exposición de 27 obras del escultor Ángel Garraza y diez de sus alumnos

ZARAGOZA, 9 Nov. (EUROPA PRESS) - 

   Un total de 27 obras del escultor Ángel Garraza y de diez de sus alumnos se pueden ver en la Sala de Exposiciones 'Enrique Cook' del Taller Escuela de Muel desde este viernes, a partir de las 19.30 horas, hasta el 24 de febrero.

   En una rueda de prensa en la sede de la Diputación Provincial de Zaragoza, la diputada delegada del Taller Escuela de Cerámica de Muel, Marta Pardo, ha explicado que la muestra se enmarca dentro del proyecto, impulsado por la DPZ, 'Maestros de la cerámica y sus maestros' y es la tercera exposición de estas características que se realiza en la localidad zaragozana, tras las de los artistas Enric Mestre y Arcadios Blasco.

   Asimismo, la diputada del Taller ha recalcado que se van a realizar un total de ocho exposiciones "con las que se pretende rendir tributo a aquellos autores que son referencia indispensable en la cerámica contemporánea, tanto por su obra como por su influencia artística y personal en otros autores". Las siguientes muestras serán las de María Bofill, Elena Colmeiro, Claudi Casanovas y Madola.

   "El principal objetivo que nos hemos marcado en el Taller es apoyar y difundir la cultura cerámica y poner nuestro patrimonio cultural al alcance de todos", ha señalado Pardo, quien también ha informado de que la exposición de Enric Mestre que acogió el proyecto ha pasado ya por distintos municipios de la provincia de Zaragoza y en los museos de Cáceres y Badajoz.

   En este sentido, Pardo ha incidido en que "en la actualidad estamos en contacto con otras instituciones y diputaciones para que estas exposiciones puedan llevarse a otras ciudades de España". Además, a través de la embajada española en El Cairo, se gestiona la exportación temporal a Egipto de la muestra, que acogió el Taller, de Rafa Pérez, Premio Cerco 2009, dicha exposición también está tramitando su salida a Francia y Bélgica.

   "Desde el Taller, además de la promoción y difusión de nuestros proyectos expositivos mantenemos nuestro compromiso con los ceramistas, tanto en el uso de nuestras instalaciones como con la difusión" de las obras, ha recalcado Pardo.

"EL MATIZ DE LOS ARTISTAS"

   Respecto al proyecto 'Maestros de la cerámica y sus maestros', el comisario de la muestra, Alberto Andrés, ha indicado que "a la hora de plantear cada una de estas exposiciones no deja de ser una caja de sorpresas por el matiz que cada uno de los artistas aporta".

   En el caso de Ángel Garraza se trata de "su relación con el entorno, los espacios y el ambiente que le rodea". También ha puntualizado que aunque se les llame alumnos al resto de los artistas que participan "no necesariamente tienen que serlo, también se recoge a aquellos que han estado influenciados por su obra".

   Alberto Andrés ha agradecido a la DPZ que esta iniciativa de escultores siga adelante en un momento complicado "para proyectos a largo plazo". En este punto ha apostillado que estas muestran proporcionan una visión de lo que es la cerámica contemporánea.

   Por su parte, el escultor Ángel Garraza ha asegurado que para él es una "satisfacción" formar parte de esta iniciativa, porque es "muy importante mantener aspectos fundamentales como la cultura" y le aporta la oportunidad de compartir un espacio expositivo "con personas que han estado vinculadas a mi trayectoria, tanto personal como docente".

PROCEDIMIENTOS ARTÍSTICOS

   Ángel Garraza, profesor durante treinta años en la facultad de Bellas Artes de Bilbao, ha incidido en que por sus clases han pasado "muchos alumnos, y a todos les he intentado transmitir el vínculo con ciertos procedimientos artísticos".

   "De alguna forma entre en esto del arte por una necesidad, desde muy joven me gustaba el dibujo y en ningún momento me planteé la docencia, pero al acabar de estudiar Bellas Artes me surgió la posibilidad de quedarme en la Facultad de Bilbao", ha relatado el escultor, quien ha añadido que eso le ha dado la posibilidad de intercambiar visiones artísticas.

   "Con el trabajo de taller te encierras en tu mundo, pero en un lugar como una Facultad de arte ves que se van incorporando nuevas generaciones, tanto yo he podido mostrar maneras de hacer como me he sentido enriquecido y alimentado por ese contacto con esa gente", ha subrayado Ángel Garraza, quien ha añadido que los años de docencia "han merecido la pena, me han dado mucho".

FRAGMENTACIÓN

   Respecto a su obra, Garraza ha añadido que siempre le ha interesado el arte "como salida en esa incapacidad de resolver algunas preguntas que siempre nos hacemos los humanos", por ello, en sus esculturas refleja "esa especie de fragmentación" que usa "para narrar cuestiones que nos vinculan mas a todos".

   Ese uso figurativo que el artista vasco hace de algunas partes del cuerpo, como cabezas, piernas o cerebros, convierte su obra en parte imprescindible de la cerámica contemporánea desde hace varias décadas en el ámbito nacional e internacional.

   La obra cerámica de Garraza traslada sus narraciones a sus esculturas realizadas en la mayoría de las ocasiones en gres, aunque el escultor ha realizado importantes obras utilizando otros materiales como bronce o aluminio, es con el barro con el que se identifica.

ALUMNOS

   De las 27 piezas que se pueden ver en la muestra unas nueve son de Ángel Garraza y el resto de sus alumnos: Bianca Trifán, Eukeni Callejo, Inés Gutiérrez, Iñaki Martínez, Jon Stone, Juan Fanlo, Maite Leyún, María José Rodríguez, Miren Mendizábal y Rosa Cortiella.

   La influencia de Garraza en los alumnos que le acompañan en Muel se nota en elementos como la contemporaneidad, el concepto escultórico o de instalación y la innovación. Las obras de estos diez artistas son formatos escultóricos, instalaciones o 'land art', que investigan en nuevas formas de lectura de un materia como 

Salió el nombre de Allo en la presentación.

Me resultó curioso comprobar cómo esta pareja que dialoga, hombre el de la izquierda y mujer la de la derecha, con sus señas de identidad en el cerebro ( que es donde residen) se parece a  esta persona del artículo de periódico cuyas señas de identidad son las barras de la bandera.

 

FIN